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miércoles, 24 de junio de 2020

Curse of Strahd - Sesión 34 (14/06/2020)

De nuevo en Vallaki

A pesar de haber estado fuera de la ciudad sólo un par de días se encuentran con un pueblo en ruinas. Vidrios rotos, techos quemados y ventanas tapadas. Todo parece ser que la Ciudad Amurallada es ahora tierra de nadie. Con este panorama se dirigen a dónde pueden encontrar a la única persona en quién confían plenamente. Blinsky. 
Su negocio también se encuentra a oscuras y con la vidriera tapada por tablones aunque Sariel logra ver al juguetero entre las maderas. Se encontraba llorando y aferrado a Piccollo, el mono. Al escuchar la voz de los aventureros el juguetero los hace pasar rápidamente. Desde su partida todo se había desmadrado de forma acelerada. La buena noticia es que Blinsky había podido avanzar con la pierna de Hess durante día y noche al no poder dormir. El clérigo obtiene una prótesis que le hace sentir que aún tiene su pierna natural. Agradecen a Blinsky y se dirigen a la posada dónde encuentran todo cerrado y bloqueado. Freydis habla con los cuervos que se posan sobre el techo del lugar. Al parecer Urwin estaba preparando todo para dejar la ciudad con su familia y los cuervos vigilaban el lugar mientras tanto. Reciben respuesta de la carta enviada hace días sobre quién podría ser un buen sucesor al cargo de burgomaestre, pero la respuesta del líder Martikov es desalentadora: nadie de buen corazón sería tolerado por Strahd.
Tras anunciarse Urwin los deja pasar y comparten una última noche en Blue Water Inn, a la siguiente mañana acompañan a la familia en su huida al viñedo. 
Recorren el camino principal de Vallaki ante un desolador paisaje de casas destrozadas. Quizá los bizarros festivales sí servían de algo...
El viaje al viñedo más largo de lo habitual por lo crudo de la situación. Una vez que la familia se encuentra a salvo con Davián y los suyos se dirigen a las Yester Hills. Allí Hess realizaría un ritual que erradicaría la corrupción del árbol de Ghultias.
Horas después de haber comenzado su ritual ven acercarse por el camino al mismísimo Strahd montando un caballo negro llameante.

El vampiro se encuentra terriblemente furioso por haber recibido un rechazo ante su invitación. Baja de su montura y aún más ofendido y enfadado se muestra al ver que Hess intenta erradicar la influencia del árbol. Strahd intenta lanzar una bola de fuego sobre el grupo pero es contrarrestado por un contrahechizo. Strahd invoca el auxilio de las criaturas de la noche y el aullido de lobos se escucha como respuesta desde el bosque.
Una lluvia de hechizos cae sobre Strahd, lo encierran en una cúpula de hielo, y bajo sus pies emergen tentáculos y espinas. Pero el vampiro no es un improvisado, camina sobre las paredes del domo escapando de las espinas y tentáculos. Desde allí lanza una poderosa bola de fuego que rompe todas las concentraciones disipando los hechizos. Strahd avanza en el combate cuerpo a cuerpo llegando a morder a Freydis al tiempo que una jauría de lobos llega al servicio del vampiro. Aunque Freydis queda inconsciente y Sariel se teletransporta lejos con ella para protegerla el demonio, señor de esta tierra, se muestra precavido al retirarse tras sufrir fuertes heridas de la espada de luz que porta Galah. Un odio abrumador es lo que siente Strahd al ver esa espada... Esa maldita espada.
Comparado con lo recién enfrentado, los lobos no son rivales. Hess puede terminar con su hechizo de purificación de forma tranquila destruyendo el tocón restante del árbol de Ghultias. Para cuando el hechizo se termina de lanzar ya pueden ver algunos brotes de vegetación dónde hasta hace un día sólo había tierra inerte.
Cúbil de los hombres lobo
Tras anunciar en el viñedo su proeza siguen las indicaciones del hombre lobo asesinado días atrás para llegar a la guarida de los hombres lobo del otro lado del lago Baratok. No les lleva mucho encontrar la guarida y acercarse sigilosamente. Las dos guardias de la entrada mueren casi sin saber qué pasaba. Continúan un poco dentro de la cueva y encuentran a un viejo tocando de forma disonante un extraño instrumento de viento rodeado de una gran cantidad de lobos. El viejo no parece ser hostil e incluso hablan con él. Más profundo en la cueva hablan con una mujer llamada Bianca que les cuenta sobre una disputa de liderazgo de la manada entre un tal Emil y un tal Kiril. Galah se acerca disimuladamente y acierta un golpe letal con su espada de luz y comienza el combate en el recinto que los lleva hasta un pequeño templo dónde pelean con dos mujeres lobo. Al terminar el combate se percatan de que hay varios niños enjaulados y uno, que cargaba la mujer lobo, llorando tras una estatua de la Madre Noche. En el combate Galah incluso es mordida y sin saberlo contrae la maldición de la licantropia. Aunque gracias a los conocimientos arcanos de Sariel deciden que lo mejor para prevenir es que Hess lance un hechizo de remover maldición en la elfa oscura aunque intentan lo mismo con el niño que estaba en brazos de su madre sin obtener el mismo resultado. La licantropía heredada no podía ser curada. Con la situación en calma liberan a los niños aunque les ordenan quedarse como si estuviesen aún encerrados hasta que ellos los vuelvan a buscar....
Contemplan el tesoro a los pies de la estatua de la Madre Noche. 

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