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domingo, 14 de enero de 2024

Exandria - Sesión 39 (10/12/2023)

 Llegando a Lyrengorn

19 de Dualahei de 841 Post Divergencia

Sin mucho que hacer, Darastrix convertido en oveja abre de un patadón la puerta del balcón. Debajo Nyzel intenta abrir la puerta pero parece trabada. Vincenzo trepa al balcón y lanza una cuerda por la que sube el resto del grupo menos Nipples que dice sentirse un poco incómodo en los hogares de los bípedos. El interior está lleno de elementos esotéricos.


Bajan por una escalera circular, ven un gran hogar, un caldero aún con brasas. La oveja se acerca y vuelca el caldero con sus patadas tirando el contenido al suelo. She-ra entra en comunión con su arco mágico y detecta la presencia de la bruja unos cuantos niveles por debajo. Declara que "debe haber algún sótano" y se ponen en su búsqueda. Tras un largo escrutinio She-ra detecta un reflejo extraño tras el hogar. Paighon detecta algo mágico más allá del fuego. La oveja lanza un frasco que escoge al azar al fuego y comienzan a saltar pequeñas ranas de las llamas. Vincenzo lanza la cuchara caída del caldero al fondo del hogar notando que hay un gran espacio tras este, posiblemente una escalera o salida secundaria. Usan unas viejas sábanas para apagar el fuego y cruzar a una antesala del otro lado. Antes de avanzar She-ra intenta convencer al kóbold de volverlo a su forma natural, conocen el conjuro y saben que "matando" a la forma transformada se termina el conjuro a pesar de que éste debe sufrir todo el dolor. Se escucha el grito de la oveja al ser apuñalada y luego se convierte en Darastrix otra vez. Nyzel abre la puerta de la antesala y descienden por la escalera. Descienden unos cuantos metros y llegan a una lúgubre cueva, ven una estatua realista, escuchan un llanto y vislumbran unas extrañas máscaras en la pared. Darastrix contempla la escultura, ve rasgos élficos y algo de dolor en su rostros. En las cercanías ve unas frutas viejas y mordidas y un diario en élfico. Nyzel por su lado inspecciona las máscaras.

Whispering Mask
Ven como Darastrix intenta ponerse una de las máscaras, pero esta sale disparada de su rostro al tiempo que él grita. Las máscaras debían estar malditas o algo. Por el momento las guardan en su bolsa mágica. Paighon lee en élfico la última página del diario: "al fin llegué a la casa de la tía María, dijo que va a evitar que mi maldición me mate".  La interpretación de Darastrix es que la tal María "evitó" la muerte, pero engañó al sujeto y lo dejó petrificado, no murió, pero tampoco le sirve estar así. Antes de continuar ven al lado del túnel por el que avanzar a un sujeto en el piso, un espejo y un pedestal con una calavera. Junto al sujeto una máscara. Darastrix, aún desconfiado y frustrado por el viaje planar dispara contra el arco y She-ra insiste en seguir, su arco le dice que su presa está más adelante. Llegan a una gran caverna, ven unas enormes plantas azules palpitantes que lo iluminan todo, adelante un enorme pozo al vacío sobre el que cuelga una celda y dentro, una planta. Del otro lado del agujero está la bruja, la tía maría, la hag. Esta vez, sin disfraces.
Tía María
La bruja no pierde el tiempo y lanza un conjuro estremecedor bajo los pies de los recién llegados. Nyzel lanza un conjuro de nube aniquiladora sobre ella. Darastrix, con el camino obstruido avanza hasta el borde de la nube lanza un rugido y arremete contra uno de los guardias de la tía, sale inmediatamente por el ardor de la nube. Uno de los guardias va tras él pero el kobold utiliza su conjuro de romper carga haciendo que quede expuesto a un ataque de She-ra. Luego She-ra lo aniquila de un disparo. Vincenzo planta el estandarte del Santo Robino, Paighon se posiciona junto a Darastrix esperando el momento de disparar. La nube comienza a avanzar y por ser más densa que el aire, gran parte comienza a caer por el enorme hueco bajo la jaula colgante. No ven a la bruja, debe haberse vuelto invisible de nuevo. Darastrix queda defendiendo el frente de los guardias de la bruja que intentan avanzar. Cuando la nube se achica y permite más visibilidad el eco de Vincenzo entra en escena, She-ra dispara y entre ambos aniquilan con un guardia. Paighon lanza un conjuro de levitación en la jaula para evitar que se pierda la planta, pero la bruja aparece tras él y le lanza un conjuro enfermante que le toca el cerebro. Darastrix va tras la bruja y la acuchilla, es en ese momento que escucha la voz de Robine diciéndole que debe proteger a la Tía. Todo se vuelve confuso para el kobold y empieza a atacar a sus compañeros.
Los guardias enmascarados disparan a She-ra y Vincenzo pero fallan. La bruja arde en furia cuando She-ra utiliza un conjuro sanador para eliminar la enfermedad mágica que puso sobre su compañero. Luego salta a la jaula y comienza a balancearla. Vincenzo hace un salto espacial con su eco y golpea a los guardias, mata a uno, luego al otro y avanza contra la bruja. La hiere, pero la herida se cierra inmediatamente. Sin que lo sepan, Darastrix sigue alucinando, ve a Robino acariciándolo, dejándolo abstraído de su alrededor. "Pequeño Darastrix, todo está bien, la manada está a salvo" le repite Robino mientras el kobold queda embelesado. Producto de la ilusión Darastrix ataca al eco de Vincenzo. She-ra continúa en su plan, abre la puerta de la jaula, toma la planta y pega un brinco a tierra segura. Vincenzo hace una lectura de la situación y usando su arma como barricada empuja a Darastrix y a la bruja al vacío. Darastrix se ve caer junto a Robino, intenta tomarlo de la mano pero sus pequeñas alas no alcanzan para reflotarlos a ambos y finalmente la bruja cae el vacío mientras Darastrix se salva volviendo a perder a Robino en su mente. Vincenzo le pide disculpas entendiendo la situación. Toman las máscaras de los guardias de la tía y retroceden sobre sus pasos. Amordazan al sujeto que seguía en shock, es un drow, y salen de la cueva.
Hacen todo el recorrido hacia la pixie y devuelven la planta.
Planta rescatada
La pixie recibe a su "planta favorita" en brazos y con una danza encantadora mientras su llanto se transforma en alegría y la tormenta eléctrica en un hermoso día despejado. Incluso escuchan el cantar de los pájaros. El camino se despeja casi al instante y no queda rastro del agua. She-ra utiliza su conjuro de hablar con las plantas y pide guía y ayuda a la planta rescatada. Explica que dieron todo por salvarla. Reciben unas frutas sanadoras pero no mucho más. Comienzan a avanzar hacia el norte, pensando en qué hacer con el drow. Un hechizo de sanación de She-ra no parece funcionar. Mientras Paighon lee el diario, luego se los resume a sus compañeros. El libro fue escrito por un eladrin, criaturas élficas que no viajaron al plano material, están más en concordancia con el plano feérico. Aparentemente llegó volando, siguiendo una vieja leyenda sobre una mujer poderosa, la tía María le pidió su bestia voladora a cambio de evitar que el veneno lo mate. Vieja tramposa.
Vincenzo toma una de las máscaras y se la pone al drow haciendo que este vuelva en sí. Logran hablar en élfico. Le explican la situación y el elfo oscuro admite haberse topado con el cubil de la bruja mientras exploraba túneles nuevos, recuerda una bestia encadenada, a la bruja y unos dientes puntiagudos. Darastrix pregunta su nombre, se llama Nared. Le preguntan si es posible llegar a destino bajo tierra, pero el drow no se los recomienda. Deciden volver al pozo donde enfrentaron a la bruja, en busca de la criatura alada que podría hacerle ganar preciadas horas. 
Un tiempo después se encuentran nuevamente en el lugar del encuentro con la tía. Nyzel presta atención ahora a las plantas azules y corta una. Al instante escuchan un grito enfurecido. La bruja no había muerto por la caída, y emerge furiosa, trepando convertida en gorila por el agujero. She-ra reacciona disparándole dos flechas que la devuelven a su forma.

La bruja reacciona lanzando una risa mágica burlona que afecta a She-ra y Darastrix que comienzan a atacarse mutuamente. Vincenzo interpreta que las plantas azules la mantenían inmune por lo que comienza a avanzar destrosanso las otras. Darastrix reacciona y ataca a la bruja, su cuchillo aún no la daña. Quedan plantas que la mantienen viva. Raven se acerca a She-ra curando la herida que le provocó su compañero Darastrix. La bruja vuelve a lanzar la risa burlona y Nyzel se ataca con Darastrix, además de trenzarse She-ra con Vincenzo. 
El combate se vuelve confuso entre las conjuraciones de la bruja, las visiones de Darastrix y las plantas azules. Finalmente la bruja muere de una vez y para siempre tras un ataque combinado de Paighon y Vincenzo.
Entre las pócimas de la bruja encuentran sangre de basilisco que utilizan para volver la piedra en carne del eladrin. El sujeto se ve muy confundido y temeroso por su enfermedad. She-ra promete que puede ayudarlo mientras que las ropas y tonalidad de piel del sujeto palidecen y sus respuestas son fatalistas. 
Con un poco más de calma se presenta como Almiron y confunde a She-ra con la tía cuando ésta le lanza un conjuro sanador. Mientras intentan saber qué pueden sacar en limpio del eladrin, Darastrix está en el fondo de la sala dándole cabezazos a la pared, aún atormentado por las visiones que tuvo en combate. 
Cuando le logran proponer que los ayude, Almiron se muestra confundido, no cree que Chocolatín, su bestia alada, les permita montarlo. Insisten y usan el conjuro de levitar de Paighon para descender dentro de la jaula hasta lo más profundo de la cueva. Una vez allí no ven ninguna criatura. Almiron les aclara que deben ganarse su confianza. She-ra avanza con su Dragonlance en mano e iluminada por su armadura de plumas de ángel. Lanza una moneda al aire hacia adelante y antes de que toque el suelo desaparece. Luego la cazadora se presenta, como respuesta recibe un rugido tremendo que hace estremecer toda la cueva. Explica que vienen a liberarla. Luego un ruido de cadenas, unos eslabones enormes que terminan en un diminuto collar de una criatura invisible que se acerca. Darastrix se acerca y comienza a abrir la cerradura del collar. 
Chocolatín
Segundos después el pequeño Chocolatín se hace visible y Almiron toma un tono victorioso. Darastrix habla en Dracónico con la criatura que parece muy soberbia para el tamaño que porta. Finalmente declara al kóbold como su heraldo para hablar con los seres inferiores y admite que Chocolatín es el nombre con el que se identifica con estos seres ya que no podrían decir su verdadero nombre. Darastrix pide humildemente que los lleve al norte. Chocolatín admite conocer Lyrengorn y que conoció un elfo que le habló del lugar en el pasado.
Chocolatín de "verdad"
Unos minutos más tarde se encuentran en las afueras de la guarida de la bruja. Almiron los hace admirar como su compañero dragón adopta una forma magistral y enorme. Darastrix cae de rodillas ante la visión. Uno a uno suben a lomos del dragón y comienzan a volar hacia su destino. 
El cielo y las tierras por debajo cambian de color y tono cada pocos minutos por la alta velocidad con que recorren el plano feérico. Almiron ya posee un tono más anaranjado y ven que las montañas, donde debiese estar Lyrengorn no están pegadas al suelo, sino que flotan cientos de metros por encima. Ven dos enormes agujas que Paighon identifica, deben ser la correlación con las montañas que albergan su ciudad. Darastrix le pregunta a Zudricrarth, The Deathlord, el verdadero nombre de Chocolatín, cómo debían hacer para volver al plano material. El dragón explica que, según el elfo que conoció tiempo atrás, la clave estaba en la base. 
Aterrizan en la base de una de las montañas flotantes, saludan a Almiron y este se despide y aleja a lomos de Chocolatín. Paighon les hace notar que apenas les quedan tres horas antes de que se cumpla el día y debían cruzar. No tardan en encontrar un portal. Darastrix, ansioso, es el primero en cruzar. 
Ven una enorme montaña partida a la mitad y una ciudad en medio. Pero Paighon no está entre ellos.
Lyrengorn

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