Con la promesa del Vildeen de colaborar con más tropas el grupo vuelve junto a Hukaa, quien habría venido en su búsqueda tras una semana entera intentando convencer al senador. Comienza la vuelta a La Ciudad Libre de Tyr. El grupo comienza a mirar raro a la elfa cuando esta comienza a hablar con alguien llamado "Azrael" que nadie más puede ver. Incluso Coconan utiliza su polvo de hueso para intentar encontrar enemigos invisibles pero no encuentran a nadie.
Como no podía ser de otra manera, el viaje de regreso pone a prueba al grupo de héroes. Un grupo de Anakores, mutantes del desierto, intenta cazarlos. Salen de debajo de la tierra intentando paralizarlos con su mordida ponzoñosa. Kivi utiliza sus poderes para transmitir parte de su fuerza a Coconan, pero esto lo debilita a él, haciéndolo el objetivo de las estúpidas bestias que intentan jalarlo hacía abajo y asfixiarlo. Pero la espada de Coconan, los poderes de Alkrom y el Sendero que Hukaa muestra saber utilizar aniquila a los anakores antes de que puedan generar algún daño real.
Al llegar deciden festejar comiendo comida servida y una cama preparada utilizando algo del dinero conseguido. Temprano en la mañana el viaje para dar su reporte a Mahlanda. La situación se pone un poco tensa ya que la promesa que le hicieron al senador será imposible de cumplir por la Alianza del Velo. Además descubren, para tristeza de Coconan, que la arena ha sido cerrada ya que no hay más esclavos en Tyr. Sin nuevas órdenes salen al mercado a vender el botín y conseguir algo más de equipo para las aventuras venideras.
En una callejuela un ex gladiador se acerca a Coconan, es Wenzer, otro guerrero que habría peleado lado a lado con el imponente Portador de la Espada de Acero en sus épocas de esclavos. Al parecer Rikus, héroe de Tyr, quiere unir a los gladiadores con el ejército de Tithian pero Wenzer y sus seguidores no están de acuerdo. Quieren probar que son los más fuertes de toda la Región de Tyr y acabar ellos mismos con el ejército Urikita: deben partir ya mismo a la guerra.
Coconan, cegado por la sed de sangre comienza a alentarlos y a fantasear con que si los gladiadores vencen a Urik podrá pedir que vuelvan a abrir la Arena para que él pueda alcanzar la gloria. A sabiendas de que estos es un desperdicio Kivi y Hukaa intentan disuadir a Coconan, pero ya es muy tarde. Kivi intenta mediar con el gladiador, pero éste intenta disuadirlo inmediatamente utilizando el Sendero, hecho que es detectado por Hukaa. Por fortuna Alkrom utiliza el respeto que la gente tiene por los clérigos elementales y convence a los gladiadores para que lo dejen ponerse en comunión con los espíritus de la tierra preguntándoles que pasaría si marchan hoy mismo a la guerra. El silencio y la expectativa dominan la situación. El enano mete sus manos en la tierra, sus ojos se vuelven para atrás y comienza su salmo. "Malo" es la respuesta que da la tierra. Coconan y Wenzer se convencen de esperar para marchar con Rikus. Wenzer saluda a Coconan con un fuerte apretón de manos, no usan palabras, pero la tensión de sus músculos y las venas en sus gigantes brazos dicen todo: deben marchar y derramar sangre juntos.
Más tarde Huka vuelve a recibir la llamada de Mahlanda.
La sesión en el consejo de la mañana había sido un caos. Los artesanos, liderados por Turloff se quedan de que los precios de las casas mercantes son abusivos aprovechándose de la situación de guerra. En el consejo el electo Maestro Sintha defiende a las casas. Los insultos se intercambian y todo termina en una situación de tensión. Mahlanda manda al grupo al Camino de las Caravanas a interceder ya que esto puede pasar a mayores diezmando la fuerza de Tyr.
El camino de las caravanas es la entrada a la ciudad de Tyr. Todos los grandes edificios que la flanquean son los cuarteles generales o emporios de las grandes casas mercantiles. No tardan en encontrar el emporio de Sintha ya que un grupo de artesanos le bloquea la entrada mientras Turloff hace un show político parado en un carro. Al otro lado de la calle, el maestro Sintha y un grupo de guardias personales intentan ingresar en su comercio. Los insultos y acusaciones no tardan en llegar hasta que un grupo de guardias armados abre un hueco en la barrera de artesanos y bajan de un tirón a Turloff.
Es ahí cuando el grupo intercede. Haciendo uso de su fuerza sobrehumana Coconan avanza empujando guardias abriéndole paso a Alkrom que toma a Turloff arrancándoselo de los brazos a los guardias que lo tenían. Hukaa utiliza en ese momento el Sendero para crear una bola de oscuridad para confundir a los guerreros y telepáticamente le da indicaciones a sus aliados para que salgan sin problemas. Alkrom calma rápidamente al artesano que no entiende qué está pasando. Coconan desenfunda su espada y mediante amenazas mantiene a raya a los guardias que ya no se animan a seguir las órdenes de Sintha si esto requiere enfrentarse a él.
Con los guardias al margen y Turloff calmo logran comenzar a dialogar mientras el Gladiador utiliza su espada para ahuyentar guardias como si tuviese una antorcha para ahuyentar bestias. La discusión se pone picante. Sintha dice que la presión de las casas mercantiles que lo eligieron no aceptarán bajar los precios. Turloff que es un abuso y que si Urik no los arrasa entonces lo hará el hambre. Al no poder llegar a una solución económicamente buena par ambos lados, por más que Kivi intenta hacer algunos cálculos rápidos, Coconan toma la iniciativa amenazando a Sintha, si no bajaban los precios... Las cosas se podían poner feas en las minas de hierro, la fuente de gran parte de la riqueza de las casas mercantes. Las amenazas del guerrero surten efecto. Todos le tienen pánico al Asesino de Profanadores. Llegan a un acuerdo que no pone en jaque a nadie y la situación se calma. Por su parte Alkrom averigua sobre la familia del maestro Sintha en caso de ser necesario meter más presión.
Vuelven con Mahlanda y por primera vez se muestra tranquila. La situación era muy complicada pero la superaron de forma efectiva, de la mejor forma para Tyr. Nuevas tareas esperan.
El Senador Trevalis se ha contactado con la Alianza. Dice que tiene fuerza militar para aportar a la causa de Tyr pero al parecer quiere algo a cambio. No ha dado mucho detalle.
Sin perder tiempo se dirigen a su mansión pero extrañamente los guardias dicen que el senador Trevalis de Minthur no desea verlos por más que insistan. Para sorpresa de todos Hukaa escribe una carta diciendo que ellos pasarían la noche en una posada cercana llamada "Kalak's Demise". Y así allí se dirigen con bastante incertidumbre.
En el camino a la posada son interceptados por un hombre encapuchado que los invita a beber unas copas de vino. Tras beber la primer ronda el hombre se presenta como Hasaval, un ex templario.
Hasaval les comenta que los ex templarios se están organizando y que podrían ayudar en la guerra, pero sólo si alguien que ellos ya han elegido toma un puesto como Senador para representarlos. El templario Girias debe ser quién los represente y se asegure de que Tithian no quiere sólo deshacerse de ellos. Acceden a dar su apoyo. Sólo queda contactarse con Girias y hacer los arreglos.
Cerrado el encuentro clandestino retoman su camino hacia Kalak's Demise y alquilan una habitación. Por la noche reciben una visita: Verrasi de Mirthus, hijo del senador. Les explica que el padre no quería que nadie viera que tenía trato con mercenarios. De forma directa y algo asquerosa propone el trato: deben ayudarlo a tener ventaja sobre una casa enemiga y a cambio pondrán hasta cien soldados y media docena de gigantes. Tras aceptar les da los detalles para llevar a cabo la tarea. Deben generar daños materiales y nada o el menor derramamiento de sangre en la casa Freydlav.