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sábado, 1 de junio de 2019

Dragon's Crown - Sesión 31 (26/05/2019)

Reencuentro con colegas, enemigos... y el desierto

Año libre 4 (Era del Rey 190, Año de La Furia de la Montaña)
...algún día de la primer semana del mes Fortuary...
Ciudad de Urik

Hukaa llevaba bastante tiempo ya en Urik, hacía dos años se había sucedido la guerra contra esta ciudad-estado y había vagado por el desierto en busca del espíritu del valle Desverendi para completar el extraño ritual de Korgunard, el Avangion. Conocía bien la ciudad pero seguía sin pistas de la Velada Alianza. Comenzaba a frustrarse. Finalmente, en el barrio mercantil, un extraño se le acerca con un jarrón obsequiándoselo y posteriormente alejarse tras mencionar que esa vasija era para ella. Extrañada con la situación lleva objeto a la habitación que alquilaba en la posada de un barrio pobre. Una concienzuda inspección revela que el jarrón no sigue las estrictas reglas de diseño que el rey Hamanu imponía. Ciertos patrones y diseños se correspondían a códigos secretos de la Velada Alianza. Hukaa los había contactado, sin embargo el mensaje no la llevaba a su maestro. Tras descifrar el rompecabezas arcano Hukaa escucha una voz: reúnete de nuevo con tus aliados en Tyr.

20 de Macro, Año Libre 4

La Ciudad de Tyr
Coconan sabía que no mucho había cambiado en la ciudad de Tyr. El rey Kalak había muerto, pero otra figura se alzaba inmediatamente tras esa, el rey Tithian. Lo importante para él es que ahora podía combatir en la arena cuando quisiese sin ser esclavo de nadie ni hacerle de matón. Por otro lado los nuevos juegos eran menos letales y no llenaban el corazón del gladiador con la gloria buscada y ahora además debía formar parte del aburridísimo consejo de la ciudad si quería mantener su puesto en la arena de gladiadores de Tyr. Pero todo estaba por cambiar, con una diferencia de pocos días Hukaa, la elfa psiónica, y Kivi, el enano druida, habían vuelto a Tyr, cada uno con una promesa de aventuras (y riquezas) para Coconan.

Habían arreglado encontrarse en una taberna que frecuenta el gladiador y tras atender sus responsabilidades se disponen a beber un vino barato mientras se ponen al día. Había pasado mucho tiempo. Por supuesto, los inconvenientes no se hicieron esperar y su charla fue interrumpida por Thalid, un elfo mensajero del Consejo de la Ciudad solicitaba la presencia de Coconan luego de que se ponga el sol. Fastidiados se dirigen hacía allí.
Mientras circulaban por el Camino de las Caravanas sienten una extraña vibración en sus cabezas, muy aturdidora. Miran alrededor y muchos parecen aturdidos, todos lo sintieron. Acá y allá varios se encuentran en el suelo, igual que Hukaa, agarrándose la cabeza. Antes de siquiera pensar qué estaba pasando escuchan gritos, más adelante dos mekillots, enormes reptiles que acarreaban un carro acorazado se descontrolan y avanzan velozmente por el Camino de las Caravanas. Kivi sin dudarlo utiliza sus poderes para calmar al animal haciendo que este detenga su marcha descontrolada a unos centímetros de él, acto seguido acaricia la cabeza de la colosal bestia. Por su lado Coconan rueda tomando a Hukaa y la se aparta con ella del camino del otro mekillot.
Mekillot
El animal avanza y luego su vida es terminada por el accionar conjunto de varios domadores que se encontraban allí. El camino hacía el consejo muestra señales de daños causados por otro tipo de animales. Incluso se cruzan con la grotesca imagen de un thri-kreen destrozado sobre su propio icor. Los testigos aseguran que el hombre insecto se volvió loco sin más y tubo que ser "controlado" por quienes se encontraban allí.
El consejo está alterado, todos discuten sobre lo sucedido, especulan sobre una posible amenaza sobre Tyr. Halfings, la Ciudad estado de Urik, enjambres de Thri-Kreens, todos reciben acusaciones de amenazar la Ciudad Libre de Tyr y al mismo tiempo esas acusaciones son subestimadas según le convenga a cada uno. Rikus insiste en que Urik sigue intentando conquistar Tyr por sus minas de hierro. El Maestro Sintha líder de los comerciantes, con quienes ya habían tenido trato antes de la guerra con Urik, insiste en que propagar rumores de una amenaza será muy malo económicamente. Y así las discusiones siguen hasta que el cansado rey Tithian se retira asegurándoles que no dormirá hasta que Tyr esté segura. Uno a uno los demás Consejeros abandonan el lugar poco conformes con el resultado. Es obvio que algo pasa y ninguno consigue lo que desea. Cuando Coconan, Hukaa y Kivi emprenden la retirada una figura les cruza el camino pidiéndoles hablar en privado, es Agis de Asticles, un importante noble. En una sala privada no muy lejos el noble dice tener sospechas sobre lo sucedido. Sabe que Coconan y sus compañeros fueron quienes permitieron que esclavos y ciudadanos escapen a salvo de la trampa mortal de Kalak mientras él enfrentaba al rey hechicero.

Agis de Asticles
21 de Macro, Año Libre 4
A la mañana siguiente son recibidos por el mismo Agis en su mansión. El noble es una poderoso practicante del Sendero, y así como Hukaa ve su acceso a su Voluntad limitado. Tiene razones para creer que la fuente está al oeste y ofrece al grupo una paga por investigar, además de provisiones y monturas para el viaje. El trayecto hasta las Montañas Resonantes no es fácil. Agis encontraba su poder mermado y era más lo que podía hacer por Tyr quedándose en el Consejo que saliendo de viaje en esa situación.
Korgunard, el Avangión
Todo estaba listo y el grupo accede. De repente un portal brillante y azul se abre en el medio de la sala. Korgunard, el Avangión, atraviesa el portal para sorpresa de todos. El poderoso ser al que habían ayudado en el pasado se muestra también preocupado por lo sucedido. Supone que lo que causa el bloqueo al Sendero es una gran amenaza para Athas y solicita la ayuda de Kivi, Hukaa y Coconan otra vez. Requiere recuperar un pergamino de la Biblioteca perdida de las ruinas de Othand, más al este que el Oasis de Silver Spring. Los peligros de desierto no son desconocidos y a esto se le suma que sobre las ruinas de Othand se encuentra el campamento de los saqueadores conocidos como Black Sand Raiders, a quienes ya habían enfrentado en el desierto de arena. Además Kivi aún recuerda con odio como el profanador se escapó de sus manos. No había más nada que decir. Korgunard tenía una pista concreta y Agis accede a usar los recursos que tenía para el grupo en esta nueva misión. Parten al desierto. Kivi montando a su inix, rocky. Hukaa y Coconan montando kanks y llevan un kank más para acarrear la carga. Debían encontrarse con Korgunard en quince días en el Valle Desverendi, dónde habían llevado adelante el ritual de su transformación, cuando ambas lunas, Ral y Ghutay, estén llenas.


Conocen muy bien el camino hacia el Oasis de Silver Spring. Ya les habían robado y estafado en ese nefasto lugar. sin embargo allí también residía un druida que custodiaba el oasis.

22 de Macro, Año Libre 4
La mañana del segundo día de viaje los despierta con una visión extraña. Un niño envuelto en telas para protegerlos llora cerca del campamento del grupo. Junto al niño una nota que sólo Coconan puede leer. Lissan, la mujer que habían defendido cuando aún eran esclavos en los corrales en épocas de Kalak, había dejado a su bebé con el grupo y había avanzado a rescatar al padre del niño.
Campamento
Se toman un tiempo en decidir qué hacer con el niño que parece semi-elfo. Piensan que lo mejor es dejarlo en Silver Spring u otro asentamiento de camino. Continúan viajando y no mucho después, tras escalar una duna, ven un campamento. Inmediatamente quién hacía guardia apunta con el arco a la caravana y los "invita" a que sigan de largo. Eso hacen, pero no conforme Hukaa utiliza un poder de invisibilidad, aunque esto le drene más energía de lo normal.
Descubren que en el carro se encontraba Lissan y el posible padre del niño. Todo estaba dicho. Se desata el combate y los esclavistas son sorprendidos mientras duermen. No tienen oportunidad.
Tras liberar a los dos ex-gladiadores les devuelven al niño y les permiten quedarse con gran parte de la caravana de sus captores, después de todo ya no necesitan los kanks, armas ni alimentos.

Entrada a Silver Spring
23 de Macro, Año Libre 4
Las murallas del oasis eran conocidas. Una flecha sale desde lo alto de ellas y cae a unos pocos metros del grupo. "Una pieza de plata por cabeza" dice una voz elfa del otro lado. Saben que esa pieza de plata es sólo el comienzo de los "gastos" en el oasis. Deciden continuar sin detenerse en Silver Spring, el tiempo corre.