Todo transcurría como era de esperarse, Coconan aprovechaba la re-apertura de la arena de Tyr, peleando codo a codo junto con Wenzer algunas veces y junto a su nueva mascota, Doro, cuando podía, de los enanos no se sabía nada y Hukaa seguía haciendo mandados menores para la alianza.
En la arena Coconan no necesita su arma mágica, prefiere usar armas menores para no tener tanta ventaja. |
Aproximadamente seis meses después de la derrota de la Legión Carmesí liderada por Rikus la rutina se ve interrumpida. Hukaa debía encontrarse con Mahlanda pero ésta no llega a la cita. La semi elfa pide ayuda a Doro y Coconan, puesto que sus otros amigos están en misiones personales. Tras investigar el punto de encuentro encuentran a la Aliada del Velo moribunda en un techo cercano. "Ve a Urik" son las últimas palabras que le menciona a Hukaa. Tras negarle el placer a Doro de devorar el cadáver la semielfa crema el cuerpo utilizando el Sendero. Sin conocer más contactos de la alianza en Tyr y sólo con esa pista y mucha confianza en "Los que llevan el velo" Hukaa convence a sus aliados a viajar a Urik.
El camino sería complicado si viajan solos. Hacen los arreglos con la casa mercante Inika, que ostenta la fama de ser los más veloces y eficientes en trasladar pequeñas pero valiosas cargas. Así que tras comprar un par de kanks entrenados y mucha agua y comida parten como guardias de una pequeña caravana Inika.
Caravana Inika |
Luego de cuatro días y varias horas navegando las "Great Alluvial Sand Wastes" el batidor elfo de la casa Inika regresa con noticias sobre un gran contingente de una casa rival aproximándose por el camino frente a ellos. Por ello el grupo Inika, inferior en número, decide resguardarse en las dunas abriéndose paso en el desierto hacia el norte dónde acamparían un día entero a la espera de que la caravana rival pase sin notarlos.
Esa noche los aventureros divisan una estructura a menos de dos kilómetros de distancia y cegados por la ambición, sabiendo que los vientos del desierto dejan al descubierto antiguas ruinas de tiempos pasados llenos de tesoros se ofrecen a "explorar" los alrededores con la intención de revisar el hallazgo.
Bajo las lunas Ral y Ghutay exploran la ruina recientemente descubierta por el viento |
Antorcha en mano bajan unas escaleras quebradas por el paso del tiempo. Al llegar al último escalón son "recibidos" por extraños humanoides con cimitarras de obsidiana y al verse superados en número Hukaa utiliza el sendero para bloquear el paso a dos contingentes de los tres y reducir al restante con la fuerza bruta de Coconan y las puñaladas certeras de Doro. Además Coconan hace uso de su nuevo escudo mágico obtenido de un comandante urikita muerto: un escudo que posee el control sobre un malhablado espíritu de fuego que combate junto a él, además de iluminar el camino. De a poco logran vencer a todos los cultistas y a dos escarabajos gigantes que salen de una trampa que activa adrede un cultista al ver que no avanzan sobre ella.
Avanzan por un pasillo dónde encuentran tres estatuas de escorpiones con rubíes numerados del 1 al 6, dos en cada ojo de escorpión. Hukaa se pone a resguardo en el pasillo y utiliza a Azrael para remover un rubí, una trampa de fuego se activa pero no logra herir a nadie, la puerta frente a Hukaa se cierra de pronto dejándola separada mientras Coconan y Doro se enfrentan a un enjambre de escorpiones que sale del hueco que tapaba el rubí. Aniquiladas las alimañas dejan los rubíes como están por ahora. El siguiente pasillo los llevaría a otra trampa.
Llegan a una sala con grabados que describen a un príncipe escorpión tirano y explotador y la frase: "Only the honored dead are shielded from the Scorpion Prince’s wrath.", además de un montón de cadáveres de incursores calcinados en todo el suelo de la sala. Lamentablemente los aventureros no son "muertos honorables" y al ingresar activan la estatua del príncipe que porta una corona de escorpión. Al parecer la estatua domina el Sendero y es capaz de atraer a sus enemigos a rango de su bastón. Si bien sobreviven al encuentro todos quedan malditos por la estatua viviente. Y, por supuesto, roban la corona que parece ser mágica y protege al portador caído en combate de una muerte casi segura. Cansados ya y algo heridos pasan la noche dentro de las ruinas.
Conan y Fenixin |
La maldición comienza a afectar los bravos corazones pero la codicia puede más y continúan explorando y soportando los insultos de Fenixin, el espíritu de fuego que acompaña a Coconan. Una extraña habitación de paredes ondeantes es el lugar del nuevo encuentro dónde se enfrentan a dos musgos de color naranja brillante con un cráneo humano en el centro de cada uno. Una vez más continúan con la victoria, pero no sin que las criaturas acentuaran el poder de la maldición del príncipe escorpión. Al vencer al segundo musgo encuentran otra gema con un número, un diamante con un 1 tallado. Toman el diamante y siguen buscando las gemas que abrirían, según entienden una puerta que parece trabada por el momento.
El pasadizo a la siguiente habitación es en sí mismo otra prueba. Al intentar atravesar el sinuoso camino éste comienza a temblar violentamente y a desquebrajarse dejando salir de las grietas varios escorpiones pequeñísimos, pero altamente venenosos. Esquivan el veneno y rescatan la gema, una carnelia con el número 5 tallado. La siguiente habitación es perfectamente circular, con un atar en el medio y las lisas paredes llenas de pequeñísimos agujeros, además de patrones en espiral que nacen del altar en la arena. Sobre el altar una gema que Hukaa vuelve a tomar usando los "favores de Azrael". Un cuarzo con el número 4 tallado.
Sabiendo que la puerta trabada tiene grabados cuatro suplicantes del rey y en sus manos oferentes hay huecos con forma circular, triangular, cuadrada y pentagónica se arriesgan a tomar el rubí con el número tres. Suponiendo que el número tallado corresponde a la cantidad de lados, así el 1 va en el círculo, el 3 en el triángulo, el 4 en el cuadrado y el 5 en el pentágono. Su teoría da resultado y tras buscar el rubí y ponerlos en posición abren la puerta a la habitación central.
En la habitación se abren cuatro compuertas laterales, dejando pedestales al descubierto y liberando gigantescos escorpiones cuyos aguijones son de diamante, cuarzo, carnelia y rubí. Doro no pierde tiempo y toma las gemas que cayeron al piso tras abrir la puerta. En el centro de la habitación: un altar que se abre liberando a la momia del príncipe escorpión y un dodecedro luminoso que gira flotando sobre el altar. Al despertar la momia amenaza: "You have freed me from my sleep, and this land will again know my merciful rule!"
La momia emite un gas tóxico que se potencia con los ataques de fuego y parece inmune a todo tipo de daño. Hukaa vuelve a utilizar el Sendero para separar el campo de batalla, logra encerrar a dos escorpiones y a la momia, pero apresa a Coconan contra el techo desde dónde utiliza su red mágica que se convierte en jaula para aprisionar a un escorpión gigante. Doro recorre cada altar depositando la gema correspondiente, eliminando así las defensas de los escorpiones que caen uno a uno dando gran batalla. Hukaa vuelve a sorprender invocando a dos sombras que dice que son los hermanos de Azrael: Rizael y Ramuel. Con su ayuda van destruyendo a los escorpiones y al caer el último el Príncipe Escorpión parece ser vulnerable a los ataques y descargan toda su furia sobre él eliminándolo. "You will never have my treasure, the sum total of my greatness!" son sus últimas palabras.
Escorpión súper venenoso y escorpión de gema |