La emboscada estaba preparada. Pavek también se uniría a Susk, Radgar y el esclavo Atcanor para atrapar al enemigo de Taibo. Radgar esconde sus armas, Atcanor prepara la reunión con el templario y Susk espera escondido en el denso y oscuro bosque.
Templario rival |
El noble intenta usar el sendero para borrar su imagen de la mente del templario para emboscarlo pero un error de cálculos desencadena un combate. Atcanor sólo atina a traicionar a los que deberían ser sus nuevos señores lo que sólo acorta a unos segundos el resto de su vida, Radgar tomó las espadas de hueso que traía Susk escondidas y acabó con él. El combate se desata ferozmente y el templario hace sentir él solo contra los tres por qué son tan temidos. Tal es así que la mente de Radgar se ve dominada por el templario haciendo que ataque a su empleador, Lord Susk utiliza el sendero para borrarse de a ratos de la realidad. Finalmente, ya muy agotado, el templario lanza un rayo desintegrador contra Pavek que se ve disipado inmediatamente. La mismísima Lalali-Puy aparece en escena, ella había disipado el rayo y se acercaba con intenciones de capturar a quienes atacaban a su servidor.
Susk contempla desde un lugar seguro como se cierra su portal |
Es allí que Susk ve su estadía en Gulg terminada, debía escapar. Al instante de volver a aparecer en la realidad utiliza su Voluntad para abrir un portal y huir, dejando atrás a sus súbditos que caen presos de la Reina Hechicera.
Lily, Radgar y Pavek despiertan simultáneamente en la corte de Oba, la Diosa del Bosque. La reina exige explicaciones. ¿Por qué le habían faltado el respeto con ofensas siendo que ella los había acogido? Ante la burla y los ataques verbales de la corte sólo Lily, que habría aprendido algunos modismos y etiqueta gulguiana logra algunos segundos para intentar explicarse. Pero nada parece convencer a Lalali-Puy. Son enviados a los calabozos.
Son escoltados hacia su calabozo bajando por el árbol que sostiene el palacio hasta llegar al nivel del suelo dónde la construcción comienza a seguir las caprichosas formas de las gigantes raíces del árbol.
Un punto en particular de este camino llama su atención. Una, pesada en apariencia puerta, custodiada por dos Muls particularmente grandes, fuertes, rabiosos y con armaduras de metal, algo que nunca habían visto bajo el sol carmesí, pero quizá bajo tierra en la protección de palacio si era concebible. El costo de esas armaduras sería incalculable.
Ambos guardias insultan a los presos y les hacen bajar la mirada inmediatamente. Lo que había tras esa puerta no era asunto suyo. Su paseo termina al llegar a su celda. "Descansen, mañana tienen un día agitado" es lo único que les dice uno de los guardias al ingresarlos a su celda. Allí conocen a los otros reos del lugar.
Sark, es un halfling renegado, les comenta sobre la Cacería de la Luna roja, al parecer se llevaría a cabo al día siguiente y los nobles competirían sobre quién puede cazar más esclavos. No planea unir fuerzas con el grupo pues siendo él del bosque los demás lo retrasarían. Krr'ikk es un thri-kreen guerrero que enseguida se comunica con Radgar, quien habla su idioma kreen. La mente del hombre insecto sólo acepta la vida como parte de una manada, por lo que el elfo establece un vínculo inmediato con el thri-kreen. Una elfa prisionera se niega a entablar relación con el grupo, está convencida de que su tribu la intentará rescatar y ni siquiera revela su nombre. Akefalos es un mutante extraño, que insiste en unirse al grupo. Su apariencia no se parece a la de nadie en Athas, pero tampoco nadie conoce todos los tipos de mutantes del desierto, aunque los cuernos que crecen desde su frente son desconcertantes.
Akefalos |
Dos humanos completan el contingente, uno es un gordo comerciante debilucho, Sylos de la casa Kulik, que no para de maldecir pues no prevé sobrevivir a la cacería. Finalmente Semponius Asticles, que al igual que la persona que encargó en primer lugar hacer el envío a Lalali-Puy dice pertenecer a la familia Asticles de Tyr y afirma que Mingon es un impostor y no pertenece a su familia.