El viento seguía soplando, la mul había muerto y el deslizador de arenas seguía moviéndose. Radgar inmediatamente intenta descifrar como se utiliza este extraño vehículo. Sus años corriendo en el desierto no le ayudan mucho a entender el moviemiento en el mar de polvo. Pavek no pierde tiempo y comienza a sanar heridas mientras Lily y Lord Susk tienen una charla, intentando maquinar una forma de robar el cristal comunicador.
El deslizador retorna a Altaruk |
Tras maniobrar un poco más y recibir la ayuda de Pavek, Radgar consigue dirigir el vehículo de nuevo a la ciudad amurallada de Altaruk. Allí los esperaba Arisphistaneles junto a contingente de guardias. No confiaba en Lord Susk y su extraña guardia personal.
El noble Tyriano intenta hacer creer al gobernante local que otra gema que él poseía es el cristal robado, pero no logra engañar con su truco psiónico a Arisphistaneles. La charla se vuelve tensa y el grupo está agotadísimo. Toman sus cosas, venden unos crodlus y compran agua, comida y un mapa para poder llegar por sus medios a Gulg.
Comienzan su travesía por el accidentado terreno rocoso alrededor de Altaruk y deciden descansar fuera de la ciudad por miedo a la represaría de quienes casi son estafados por ellos, pero no muy lejos por miedo a no tener su protección. Intentan en vano abrir el cofre de Lalali-Puy pero no logran forzar las cerraduras y la presencia de magia los hace dudar de que sea una buena idea. Agotas ya pasan la noche y comienza un nuevo viaje a la mañana siguiente.
Los días pasan sin muchos inconvenientes. Pavek los mantiene cálidos en las frías noches, Radgar guía las marchas durante el día, Lily se mantiene algo distanciada de los demás que encuentran sus poderes algo turbios y Susk se dedica a dar órdenes y preguntar cuánto faltaba para llegar.
Para bien o para mal en el viaje surgen alguna diversión, como una emboscada por un Tornado de Arena.
La criatura comienza usando sus poderes psiónicos para crear un tornado que apresa más y más al grupo, empujándolos hacia su boca. Agarrándose de la carreta volcada aunque cegados por la arena logran evitar caer en sus fauces... Menos Pavek que cae dentro del sistema digestivo del monstruo del desierto. Sin dudarlo un segundo comienza a estallar en llamas, no sin antes invocar la protección se su Lord Elemental para protegerse de sus propios ataques. Una vez que identifican que la amenaza es una criatura viva destruirla es cuestión de tiempo y coordinándose logran hacerlo sin mucho problema.
Mogadisho |
Al siguiente día llegan a las cercanías del Fuerte Kalvis, pero deciden esquivarlo para evitar más problemas.
Días después, cuando el bosque de Gulg se ve a la distancia, un contingente de guerreros de la ciudad montando crodlus y liderados por Mogadisho, un templario arrogante y petulante, los alcanza y escolta directo a entregar el cofre.
La ciudade Gulg no se parece a nada que hayan visto en Tyr o el desierto de dunas. Humanos de tes oscura, casas de barro y paja con formas redondas y muchísima vegetación. No tienen mucho tiempo para explorar ya que son llevados de inmediato al templo de Lalali-Puy, un gigante palacio blanco y brillante sobre las ramas más altas de un todavía más grande árbol. Ingresan por una arcada adornada en la base del árbol y suben por escaleras en formas de espirales hasta llegar a la sala dónde la Reina Hechicera da audiencias.
Típica vista de Gulg |
La Reina Hechicera de Gulg, la Oba, Diosa del Bosque, no tarda en exigir su envío que es tomado por varios esclavos muls. Ignorando todo lo demás la mujer abre el cofre y con los ojos extasiados retira del interior un collar que pone sobre su cuello al instante.
El Collar |
Una vez con el collar en su poder, Lalali-Puy se muestra interesada en los nuevos visitantes así que los invita a hospedarse en su palacio y disfrutar de todas las comodidades de sus instalaciones mientras dure su estadía en el lugar.
Oba, Diosa del Bosque, Lalali-Puy la Reina de Gulg |
A cada uno se le asigna una habitación y son llevados por esclavos muls a sus aposentos para descansar. Luego de eso cada uno intenta recorrer el gigante palacio por su cuenta, buscando algo de interés.
En un desolado pasillo Lord Susk busca algún noble o templario con el que forjar una alianza comercial. Así es como se encuentra de nuevo con Mogadisho, el sumo templario. Lamentablemente las intenciones del templario son poco diplomáticas y reta, casi sin mediar palabras, a combate marcial a Susk, El noble, en su escape logra, psiónicamente, saber un poco más sobre las intensiones de Mogadisho: el templario está celoso de la atención que recibieron los visitantes de la Reina y quiere probar que sólo él merece su atención mostrando que es el único digno, de la forma que el entiende se demuestra eso: en combate marcial. Posiblemente el templario podría haber usado su magia para terminar con la vida de Susk, pero al empecinarse en esto el noble logra escapar.
Vista de Gulg desde las alturas del Palacio |
Por su lado, Pavek sabe que es una oportunidad única para llenar su estómago de la más deliciosa comida sólo reservada para nobles y se dirige, pidiendo indicaciones, a la cocina. En el camino se cruza con un insoportable halfling bufón con la cara pintada y haciendo ruidos molestos con sonajeros que empieza a presionarlo al grito inquisitivo de: "¿qué clase de animal horrendo eres tú?"
Cuando las cosas se ponen un poco violentas el halfling huye y el clérigo puede, finalmente llegar a la cocina a disfrutar de la más deliciosa comida.
Bufón |
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