Reclutamiento
15 de Junio de 1021 luego de La Caída de Plutonia
A la mañana siguiente desayunan al costado de un camino poco transitado. Lelia les cuenta que, habiendo llegado a la venerable edad de veinticinco años, finalmente el leal Consejero Reginald le había encontrado un "uso", casarla con un heraldo de la familia Torrione y así sumar al escudo de armas imperial los dominios de Tarantasia y Galaverna, el primer paso en la conquista total de los Bounty Kingdom. Lelia se oponía rotundamente, pero no podía desperdiciar la oportunidad de alejarse del Imperio junto a un botín tan grande. Una oportunidad excelente que no podía desaprovechar. Junto a Ventresca, dueño de Mozzarella in Carrozza fingió su secuestro y planean un golpe.
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Viaje a Tarantasia |
Junto con la dote para casarla con Morgantino del Torrione se encuentra el dinero de sueldos del ejército, sobornos y demás. Cada cajón requería de filas y filas del ejército para moverse. El líder de esta fuerza especial es Lord Valter, un miembro leal de la Order of the Fork y Primer Death Knight del Imperio. Lelia sabe que el tesoro se ha movido a Pavida, además de su locación precisa. Como centro de operaciones del Imperio tienen dos opciones. Enlistarse en este último o en La Comunella, un grupo informal de norteños que se oponen al avance del imperio.
01 de Julio de 1021 luego de La Caída de Plutonia
Deciden unirse a la Comunella. Para eso recorren los caminos junto a Ventresca pero no a Lelia, quién asegura los seguirá de cerca antes de despedirse. En las afueras de la ciudad encuentran un campamento militar en extremo desordenado montado entre las plantaciones aledañas a Tarantasia. Allí el Conde Maximus E. Fort los enlista con un contrato que parece poco favorable para ellos. La paga vendrá recién en dos meses, pero no están allí por ese dinero. Además reciben un certificado de Amnistía que les servirá provisoriamente.
Tienen varias impresiones fuertes con su primera visita al campamento. Todo parece caótico al principio y no parece quedar claro quién entra o sale ni cuando. Salvatore nota varios monjes que circulan ofreciendo servicios de confesionario y castigo corporal. Samid, por su lado, nota la necesidad de los reclutas de una mejor y abundante alimentación por lo que decide usar el Mozzarella in Carrozza para comenzar un productivo emprendimiento de pollo frito que les ayudaría a conocer los secretos más oscuros del campamento.
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El grupo recibe una carpa para ellos solos |
El batallón a cargo de Maximus es puntualmente desprolijo. Lo peor de lo peor fue aceptado allí y nuestros héroes no irían a otro sector, obviamente. Con el correr de los días se vuelven expertos en fingir estar ocupados ante las autoridades, aunque deben trabajar un poco en prever la llegada de superiores. Durante estas semanas Salvatore logra, sacrificando unas monedas, montar una especie de templo con una carpa y, además, se vale de su magia constructora para transformar restos de carretas o elementos de campo en bancos para los feligreses. Al principio los bancos se llenan por las ofertas en pollo frito que Dino ofrece a quienes asistan a las misas, pero de a poco Salvatore logra entrar en el corazón de algunos reclutas.
Por su lado, Falka, convencida de que deben impresionar a los superiores para conseguir se les asigne algún trabajo destacable, comienza a indagar sobre los gustos y deseos del Capitán Indrico Varamengo, un vanidoso sujeto proveniente de Vortigana, al este de los pueblos del norte. Parece que ninguna mujer conoce la intimidad del Capitán así que la arlequina sigue a Indrico notando como éste tiene interés por uno de los monjes. Es así que teje un plan para aparecérsele disfrazada mágicamente como este monje cuando el Capitán estuviese solo en su carpa.
Falka parece tener éxito con su disfraz mitad mágico, mitad interpretativo. Habla puntualmente del "nuevo grupo" y resalta sus habilidades. Cuando se está retirando muestra su rostro revelándose y así haciéndole entender que son un grupo poseedor de muchos y variados recursos.
Tras uno de las misas de Salvatore, un seguidor se acerca pidiendo ayuda. Norberick, un recluta, ha perdido un amuleto mundano, pero de valor sentimental en un paseo no autorizado por un bosque cercano. Salvatore aprovecha la oportunidad para intentar inculcar el valor de la fe, mientras que el resto ve la oportunidad de quedar mejor ante los ojos del resto. Piden permiso a Maximus para atender el asunto, pues Norberick habría sido atacado por una bestia. Aunque el amuleto no merezca la pena, sería peligroso que el monstruo pulule cerca del ejército.
Antes de partir visitan a un lugarteniente que, gracias al negocio de Samid, sabrían que recorta las porciones de los reclutas para vender el extra a quien pueda pagarlo. Falka lo encara y se pone tensa la situación, es así que en un forcejeo la mujer logra robar de su bolsillo y de forma discreta una lista de clientes y proveedores de distintos batallones. Esta lista va a parar a manos del Capitán y luego parten.
Siguen el camino indicado por Norberick por el Rio Rozza hasta que Pietro indica que han dado con el lugar indicado. Bendecido por Salvatore y alentado por Falka comienza el rastreo y la investigación. Por lo que descubre, ese lugar junto al río era el lugar donde la bestia bebía agua y eventualmente cazaba. Así que se esconden en los matorrales y Samid hace una ilusión de un ciervo. Poco tiempo después la criatura se hace presente. Un animal felino que parece mezcla entre un ocelote y un pitón.
La bestia salta sobre la ilusión quedando desconcertada y vulnerable a los prestos ataques del grupo. Salvatore esparce una bendición en sus compañeros salpicándolos con vino. Falka lanza un conjuro fortalecedor en Salvatore. Samid lanza una maldición en el monstruo y un rayo verde de energía desde su anillo que en su recorrido absorbe piedras del campo agravando el impacto. Pietro dispara sin éxito y Dino se pone frente a la bestia con su espada en mano, luego lo acompaña Pietro con su espada. La bestia los intenta atacar tras reponerse del desconcierto, pero no logra conectar el mordisco. Dino vuelve a blandir su espada conectando esta vez en un golpe que ilumina todo con un fulgor de energía por un instante. Salvatore avanza gritando y con su mazo en mano.
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Salvatore a la carga |
Samid toma ventaja de la maldición impuesta por él mismo sobre le monstruo y con una fuerza psíquica lo empuja al río donde se le complicaría defenderse. Falka hace gala de su magia también, una mano fantasmal y mágica aparece frente a la bestia tomando y recuperando el collar de Norbick atorado en su garra. Por su lado Pietro intercambia golpes con el monstruo quedando herido. Dino logra esquivar los ataques. Con el amuleto en mano y sus tres compañeros golpeando al monstruo Falka se sienta a tocar su laúd y es Pietro quién clava su espada derecho en el cerebro del monstruo acabando con él.
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Pietro da el golpe final |
Samid no pierde tiempo en proponer que cocinen al monstruo. Finalmente cortan su cabeza para demostrar su proeza. Esta empresa, junto a sus actividades anteriores le valen al grupo la oportunidad de mostrar valor en una misión de verdad.
20 de Julio de 1021 luego de La Caída de Plutonia
No tienen tiempo de desayunar cuando son llamados por Indrigo para reunirse con Maximus. Finalmente se les asigna una misión. Deben dirigirse al Paso Fat Ox para escudriñar el área, evaluar la situación, determinar si es posible establecer un campamento allí y verificar los reportes de los grupos espías anteriores de que hay criaturas peligrosas y bandidos en la zona. De ser así deben eliminar las amenazas. Incluso se ha mencionado un enorme Margutte llamado Rayos-y-centellas, que devora viajeros tras golpearlos con su porra. El pase es de importancia estratégica ya que permite el paso de tropas de este a oeste de la región e incluso infantería.
24 de Julio de 1021 luego de La Caída de Plutonia
Son llevados hasta el otro lado del Río Membro por zonas controladas por la Comunella y a partir de allí deben valerse por sí mismos sin delatarse subiendo por las Montañas Monteferrato. Eligen evitar las ciudades y dirigirse directo al paso. Horas después llegan a cruzarse con un grupo que parecía descansar en el camino entre las montañas.
Charlan un rato, incluso Falka toca una canción sobre la disputa entre el Imperio y la Comunella, pero parecen ajenos al conflicto. Al nombrar a Rayos-y-centellas hacen silencio un segundo cruzando miradas y luego ríen. Es cuando Dino comienza a avanzar que los sujetos piden un peaje de una moneda de oro. La negativa termina en conflicto y las armas se desenfundan. Dino desenfunda primero y golpea al que le pidió la moneda. Falka los maldice diciendo que nunca más podrán disfrutar placeres carnales y continúa con insultos cargados de magia sutil. Samid comienza con sus brujerías y Pietro avanza con su espada. Salvatore alza su campana-amuleto e intenta que la muerte reclame a los heridos enemigos. De a poco las sanguijuelas mueren y el último intenta huir pero es alcanzado por una flecha de Pietro.
Salvatore declara que sería impío dejar los cuerpo así, que deben purificar todo a su paso. Acto seguido los tira por el barranco y continúan su viaje hacia Fat Ox.
El pueblo en el paso es sólo un puñado de cabañas en un camino. Sólo ven dos almas al otro extremo del pueblo custodiando un pequeño puente de madera. Samid hace notar inmediatamente que, a pesar de todo, deberían haber niños jugando o correteando por los alrededores. Avanzan hasta la mitad del pueblo observando y analizando los alrededores hasta lo que parece la casa de la persona más importante de la ciudad. Golpean y no les abren, pero les indican que vayan en frente. Dino da la vuelta a la casa viendo que toda ventana está cerrada. Enfrente encuentran una taberna llamada El refugio del peregrino. Allí piden un caldo y cerveza, menos Samid que no beberá. Falka elige no comer pero usar el dinero de su comida en soltar la lengua del tabernero, aunque no descubre mucho. Salvatore intenta ganar la empatía de unos lugareños que estaban en una mesa alejada ofreciéndoles cerveza, pero sólo recibe miradas amenazantes y rechazo. Deciden que no pase a mayores y se retiran.
Acercándose al otro extremo del pueblo ven llegar a otro grupo así que se cuelan en el establo para espiar la situación. Pietro logra ir furtivamente hasta bajo el puente y escuchar. Eran imperiales llegando al pueblo. Pagan un peaje y acceden al pueblo. Los siguen a la taberna y tras debatir deciden entrar.
Al ingresar ven a Rogno, el tabernera echando a punta de pistola a los recién llegados. Deciden no intervenir ante la mirada de los lugareños y se retiran para ver partir a los imperiales mientras Dino y Falka liberan bueyes con idea de generar una distracción aunque sin mucho éxito.
Siguen con la mirada a los imperiales y ven como, de la casa comunal, sale media docena de sujetos armados que los escoltan con la mirada hasta que salen del pueblo. Falka calcula que los imperiales tendrán que acampar antes de llegar a alguna civilización.
Mientras, se da una extraña situación con Dino y los sujetos que recién salieron al camino. Uno parece reconocerlo del tiempo que pasaron en prisión. Tras ponerse rápidamente al día, Dino da unas monedas a su amigo, Cara Cortada, para que les arregle una entrevista con el gobernador. Así consiguen charlar con quien antes los envió a la taberna. Lamentablemente sólo uno puede ingresar y lo mandan a Samid.
Samid se encuentra con un enorme Morgante apenas vestido con unas cuantas pieles que lo hacen lucir aún más amenazante. Sutilmente el sujeto deja entrever que él domina la zona, Samid intenta apelar a una negociación para compartir el control del paso con la Comunella, pero parece ceder. Tampoco se ve interesado en saber sobre la princesa. Tras intentar varias negociaciones Samid es invitado a retirarse y es despedido con un portazo.
El grupo debate sobre la situación y el plan parece avanzar hacia la destrucción completa del pueblo. Quizá involucre grandes cantidades de fuego. Dino hace un paréntesis para explicar que él no puede hacerle daño a Cara Cortada, pues sigue un código de honor.