Coconan re duro |
Coconan se había convertido en una victima de los poderes de las arañas de cristal. Convertido en estatua era ahora una carga para su grupo. La situación era peor, la comida se había quedado dentro de la bolsa mágica del gladiador petrificado. Tras un largo debate, en el que Doro insiste en volver a Urik, llegan a la conclusión de que lo mejor es seguir y volver a ver al druida de Silver Spring con la esperanza de que entienda que ahora se encuentran en una misión por el bien de Athas y los ayude sin pedir mucho a cambio. Así que sin mucho que comer comienzan a cargar a Coconan a la carreta y a seguir avanzando por el desierto en cuanto el sol del mediodía lo permite.
Esa noche no es para nada tranquila. La falta de alimento hace que coman sólo lo que encuentran en un pequeño nido de reptiles: algunos lagartos y huevos. Para peor, otra vez tienen extraños sueños sobre jinetes de kanks.
De nuevo, los jinetes |
A la mañana siguiente confirman que todos han tenido el mismo sueño, pero sin saber cómo reaccionar a éste continúan hacia el sur, paralelo al camino. La desesperanza comienza a asomar en sus corazones, como es común en los viajeros del desierto que no toman las precauciones necesarias.
Para sorpresa de todos el efecto psiónico de las arañas de cristal contuvo a Coconan sólo un día, seguro lo que requieren las bestias para engullir a sus presas en forma de cristales. Otra vez el equipo estaba completo y tenían acceso al alimento de Coconan, que decide por si algo le pasa que cada uno tenga una cierta cantidad de comida así que reparte algunas raciones y continúan viajando.
Adelante esperan más sorpresas. No tienen tiempo para disfrutar la vuelta del gladiador ya que son engañados por los apéndices en el caparazón de un Cha'Thrang y se acercan por demás a la bestia que no tarda en usar sus proyectiles para cazar a su próxima presa. El se desata, Coconan va al frente, Doro dispara certeros flechazos desde la carreta, Kivi controla mágicamente a las criaturas y Hukaa la hace arder cortando el control del druida. Cuando logran herir al Cha'Thrang se dan cuenta que no se encontraba sola y dos bestias más salen de debajo de las lomas de arena a los costados.
Coconan esquiva los proyectiles |
Finalmente terminan derrotando a las tortugas gigantes de las que no dudan en cortar las patas carnosas para llenar la barriga por el día. Además preparan jabalinas con algunos de los proyectiles que logran recuperar de los cuerpos.
Esa noche traería algo más que un frío intenso. Mientras se alimentan de la carne que consiguieron ese día el viento empieza a aumentar de velocidad sin control hasta formarse una gran tormenta de arena con otro fenómeno poco visto en esta parte del desierto: truenos.
Inmediatamente Hukaa levanta un muro de tierra para proteger la carreta, a sus aliados y a los inix, pero en Athas nada es fácil. tras unos minutos intentando controlar la situación un trueno cae directo en la cabeza de la elfa, como apuntándole. Enseguida su muro de piedra se deshace y todo se vuelve un caos. La tormenta domina toda la situación y descontrola a los inix de los cuales Kivi se hace cargo. Pero lo peor es el gusano que ven salir del oído de Hukaa cuando ella cae inconsciente al piso, lo ven creciendo a medida que sale de su cabeza, invadido por la furia Coconan toma la alimaña y la revolea a un costado para poder poner a Hukaa a salvo mientras el gusano toma su tamaño final.
Doro se debe enfrentar sola a la criatura y siente como esta intenta penetrar en su mente. Pero se mantiene firme, sabe que Coconan está por volver, y así es, el ruido de combate lo llama y puede navegar la tormenta cegadora hasta el gusano para hacerle frente.
Kivi enseguida domina a los inix y se toma un segundo para que la tierra le avise dónde se llevaba adelante el combate y también logra sumarse. Entre los tres destruyen al insecto.
Coconan Vs el Cylop |
Con la bestia muerta debían concentrarse en custodiar en proteger las provisiones. Mientras Kivi calma a los lagartos inix, Coconan hacer fuerza para que no se vuelen los toldos. La tensión supera los nervios de Doro y colapsa abalanzándose sobre el capullo dorado que es Korgunard ahora e intenta, inútilmente, morderlo. Luego de un rato la tormenta amaina y pueden volver a dormir incurriendo otra vez en los misteriosos sueños.
La siguiente mañana es tranquila y Hukaa vuelve en sí, con una sensación que sorprende a todos: tiene hambre. Los poderes que la mantenían activa y nutrida no funcionan más. Doro y Kivi se encuentran en extremo afectados por el frío de la noche pero avanzan igual por el desierto. No tienen otra opción.
El camino sigue igual de denso. Son emboscados pro muls salvajes.
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