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martes, 16 de abril de 2019

Blood in Ferelden - Sesión 09 (14-04-19)

Fuego

La madre Brianna estaba muerta y el demonio que la poseía de nuevo en el Velo. Tras limpiar la sangre de su espada Cesamyr decide volver a la mansión de Nicola. Al salir del establo ve a varios miembros de la guardia de la Bann acompañando a lo que parecen ser algunos marineros empapados. Restándole importancia se vuelven a reunir. Deciden descansar por lo que queda del día pues no han dormido luego de atacar la Capilla de la Lengua Silenciada.


Esa noche son invitados a una cena con la Bann. Están presentes Bando, el asesor de Nicola que hace cada tanto preguntas sobre un supuesto baile a la señora; Adric con una acompañante, es el nieto de Nicola y se muestra deferente a ella y algo fastidiado; además está Yolanda, la hija de un poderoso mercader, aunque parece muy educada no muestra signos de tener muchas ideas en la mente, pese a ello Almeric logra entablar una conversación con ella y formar un vínculo.
La cena avanza con la Bann intentando saber más sobre el grupo. Intenta saber si podrían actuar como brazos justicieros para la ciudad de Denerim en su nombre. Almeric es quién responde afirmativamente. A esa altura Sombra ya se había retirado. Como elfo no se sentía a gusto en ese lugar. Comienza a explorar el señorío hasta bajar al sótano dónde se encontraban los sirvientes trabajando, no era allí dónde quería ir. Sigue explorando en las sombras. Encuentra una oficina que parece poco usada y roba un sello de la familia Baranti.
Finalmente Nicola ofrece al grupo hospedaje y alimento mientras Thadeous investiga en su biblioteca a cambio de que realicen acciones por la ciudad de Denerim y sus ciudadanos.
Es así como Sombra, Dikel, Cesamyr y Almeric comienzan a recorrer y familiarizarse con las calles de la ciudad. A los pocos días les toca presenciar un incendio dónde, en un acto heroico, Almeric atraviesa las llamas para rescatar a un niño saltando por la ventana y amortiguado por Cesamyr que usa su escudo como para redirigir a Almeric y que este ruede en vez de impactar contra el suelo.


Una vez a salvo el niño y puesto a resguardo con su madre que recién volvía del mercado cuando se encontró con el fuego, intentan investigar la zona. Encuentran rastros de aceite y restos de una botella rota quemada desde dentro. Los conocimientos sobre combates marinos de Cesamyr determinan que esa era una granada de aceite y que el incendio fue un ataque lo que descarta las sospechas de que el niño era un mago. Tienen un breve interrogatorio con la mujer que llora la pérdida con su niño en brazos pero no logran descubrir ningún posible enemigo. Siguen inmediatamente el rastro aunque es difuso y cuesta seguirlo. Sombra logra dar con una posada, el Dragón Borracho. Allí interroga a un desnutrido elfo mendigo y descubre que siempre se dan ciertos tratos turbios en el lugar, sospechando que el elfo conoce al pirómano insiste en que este lo acompañe y le da su capa para disimularlo. Ingresan a investigar. Cesamyr no pierde tiempo y en la barra pide una cerveza seguido de Almeric. Los elfos inspeccionan el baño encontrando una camisa con olor a humo y otras pistas allí. Todo indica que el agresor ya se habría fugado luego de cobrar. En un intento desesperado Sombra comienza a gritar en el piso principal buscando al dueño de la camisa. Por supuesto nadie la reclama y es echado por la fuerza del bar.
Varias horas después se encuentran informando a Nicola lo sucedido. Preocupada por el devenir de la mujer y su hijo se le ocurre comprar la propiedad para que puedan mudarse a una nueva casa. A Almeric le parece una buena idea y de hecho los visita varios días después confirmando que ya han adquirido un nuevo hogar.


Un par de días después, en sus recorridas de rutina, son abordados por una mujer pidiendo ayuda a los héroes, a quienes han dedicado sus últimas semanas a ayudar al prójimo. Se trata de Andiel, la doncella personal de Ser Greta. Necesita ayuda pues su señora habría tenido un romance muchos años atrás con quién sería un espía orlesiano llamado Philippe. El espía habría intentado asesinar al mismísimo Logain, aunque falló y murió en el intento. Sólo Andiel, Greta y Philippe sabían de esto. La culpa hizo que Andiel dedicara muchísimo esfuerzo en erradicar orlesianos y perseguirlos durante los últimos años. Recientemente habría recibido una carta anónima dónde decía que "su indiscreción era conocida y debía dejar de perseguir células orlesianas o su secreto sería rebelado". Sin saber qué hacer Andiel ofrece los ahorros de toda su vida a quienes parecen decididos a ayudar. Almeric rechaza la paga antes de que la mujer pueda siquiera sacar sus monedas para contarlas. Una vez de acuerdo en ayudar interrogan a la mujer para intentar deducir cómo ayudar.
Le estiran la lengua y parece que más gente sabía sobre la situación. Andiel habría contado esto a una hermana muda en La Oreja de Andraste, una capilla en el barro pobre del Abañal.


Si bien la capilla es más pequeña que otros templos religiosos está bastante bien cuidada. De hecho al ingresar, además de algunos feligreses rezando, encuentran a tres hermanos realizando tareas de limpieza diligentemente. Inspeccionan el lugar que parece ser siempre custodiado por la estatua de Andraste. En el ala oeste están los confesionarios que habría mencionado Andiel y al final del pasillo una extraña estatua de un gato que deducen data del Imperio de Tevinter y es un adorno extraño para la capilla. Intentan hablar con un hermano pero este se limita a señalar la oficina del ala este.


La Madre Gabriella los recibe y explica, ante las preguntas, que las confesiones son escritas por los hermanos mudos que trajeron de los orfanatos y luego son quemadas cada noche luego de un día de confesiones y que no hay forma de saber quién confesó qué. Sin embargo al comentar la situación de Greta la mujer recapacita y confiesa que la purga de pecados no es exactamente cómo dijo. Al ser trasladada a esta capilla Gabriella recibió una carta que decía que debía dejar las confesiones en un determinado lugar y quemar papeles en blanco para mantener la imagen de lo contrario sus acciones pasadas serían reveladas. Su vida de espía la perseguía. Al preguntar a quién le importaría los secretos de los pobres Gabriella supone que los sirvientes de los ricos saben muchas cosas y que una capilla de un barrio pobre es blanco fácil. Luego de la confesión Cesamyr le deja un arma a la mujer y reciben explicación. Ella deja la caja con las confesiones en el callejón tras la capilla la noche de las confesiones y al día siguiente encuentra la caja vacía. Es así que esperan a la noche indicada.


Un tipo con pinta de borracho, dando tumbos aparece por el callejón y toma las notas metiéndolas en su cartera. Sombra lo sigue sigilosamente y el resto del grupo a la distancia. Llegan al mercado dónde el supuesto borracho se acerca a una elfa con un carro de frutas. Toma una manzana que no paga y deja la cartera en el carro. La elfa no pierde tiempo y pone las notas en un estante bajo el carro y se retira del mercado a la brevedad. Es entonces que es abordada por cuatro ladrones. Almeric, Cesamyr, Dikel y Sombra no se pueden permitir perder la pista e intervienen. Sombra no tiene paciencia y carga con sus dagas empuñadas.

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