Túneles
21 de Dualahei de 841 Post Divergencia
Durante la reunión Vincenzo logra acceder a un descuento en algunas pociones "rechazadas" para venta al público. Luego deciden que no hay tiempo que perder y parten hacia el acceso a los túneles. Son llevados por un pasillo secreto en esa misma casa hasta uno de los barrios más llamativos de Lyrengorn. Caminan un par de cuadras tratando de llamar la atención lo menos posible hasta dar con un enorme agujero en la pared de la piedra. Recién la indicación del guía de avanzar cuando los guardias abandonen sus puestos, cosa que sucede a los pocos segundos. Corren encapuchados y sin mirar atrás hasta estar dentro de los túneles.
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Entrada a los túneles |
She-ra toma el crudo mapa entregado por sus nuevos aliados, tras un rato llegan a una cornisa o saliente sobre la pared de una descomunal cueva que les permitía avanzar sobre su pared. A la izquierda el vacío. La oscuridad no permitía vislumbrar los límites del lugar. Empezaba a resonar en sus cabezas la idea de que podrían estar dirigiéndose al underdark... o ya estar allí. Al poco tiempo de caminar llegan a un viejo destacamento, una construcción abandonada y algo destruida. Posiblemente un puesto de avanzada o peajes... o ambas. Cuando la bestia de la tierra de She-ra cruza el umbral del destacamento un enorme tentáculo se abalanza sobre ella.
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Emboscada del Carrion Crawler |
Un segundo después la bestia que acechaba se hace presente. Un descomunal gusano con tentáculos paralizantes bajo sus fauces. Logra paralizar a la bestia de She-ra y destruir al eco en un segundo. Drastrix resiste el veneno y Nipples hace una descarga de flechas rápida pero poco certeras. El kóbold retrocede, buscando su seguridad y también falla su disparo. Nyzel lanza un conjuro de sordera exitoso, aunque el monstruo no parece valerse de ese sentido para cazar. Los disparos de She-ra tampoco son certeros, entonces Vincenzo logra conectar sus ataques al tiempo que vuelve a invocar a un eco nuevo. El monstruo contraataca, deja a She-ra paralizada y a su bestia con una gran herida por un mordisco. Esta vez los disparos de Nipples son certeros aunque débiles. Con sus compañeros paralizados, Darastrix no logra encontrar un momento de distracción o fallo en la guardia del monstruo, su disparo no logra ser letal. Vincenzo repite su accionar y el monstruos también. Los ataques combinados de Vincenzo y Darastrix ponen fin a la existencia del monstruo.
Rápidamente intentan rapiñar lo que pueden del monstruo para avanzar sin perder tiempo. Uno de sus tentáculos aún posee glándulas paralizadoras. Podrán utilizarlo como látigo. Del otro lado del destacamento notan que el camino estuvo pavimentado hace mucho tiempo atrás, ahora quedan algunas baldosas viejas y fracturadas. Más adelante, este camino parece derrumbado. She-ra camina por la pared para llegar al otro lado, Darastrix vuela, Vincenzo hace enroque con su eco, pero Nipples y Nyzel se valen de un conjuro de She-ra, invoca un par de arañas enormes. Al no poder cargar al centauro se pasan un largo rato tejiendo un puente de telaraña para él. El cruce es engorroso para Nipples, pero logra hacerlo. Titánico trabajo de las arañas hace que su tiempo en el plano material se acabe. No fue un riesgo, pero She-ra va agotando sus recursos.
El camino los lleva hasta otro túnel, luego los caminos comienzan a bifurcarse y She-ra actúa tomando el liderazgo y avanzando siguiendo el mapa. Llegan a una costa pedregosa en forma de media luna. Frente a ellos un enorme lago subterráneo. Hay restos de muelles y barcos, uno parece en condiciones. Avanzan a hurtadillas. Desde allí Nyzel ven un extraño tótem en un extremo de la playa, al investigar descubren ofrendas insignificantes, como caracolas, pedacitos de hierro, etc. El tótem era una piedra más o menos vertical que tenía atados dos pinzas y la cabeza de un crustáceo. Deciden no perder el tiempo y montan a la embarcación.
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Santa María de los Cuatro Destinos |
She-ra encuentra un viejo sombrero impoluto entre las cosas viejas del barco, toma el timón y el resto a remar. Nyzel no tarda en identificar el barco como de manufactura Duergar, aunque no algo que harían en sus astilleros, sino algo improvisado para continuar explorando. Comienzan a avanzar. El rango de su visión no les permite ver más que agua, como si fuese un viaje onírico. Obviamente las aguas tenían habitantes. La capitana de la recién bautizada como Santa María de los Cuatro Destinos divisa tres objetos formadores de olas que los seguían, se preparan para el combate y luego de esas tres figuras asoman unas extrañas bocas en los finales de unas raras extremidades, al unisono entonan un chillido atronador, luego se desata el caos.
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Murgrik |
Pero estaban preparados, habían invocado osos y una sombra. She-ra dispara de inmediato. Nyzel lanza un rayo de dolencia. Vincenzo pone su eco sobre una de las bocas que emergió y ataca desde allí. Los monstruos que emergen de agua parecen un fallido experimento mágico, una mezcla entre cocodrilos con murciélagos, con tentáculos que usan para impulsarse en el agua y aire, una extraña boca que emerge de entre sus ojos y otra más en sus estómagos. Las bestias atacan con sus tentáculos, el eco desaparece y Darastrix es apresado por un tentáculo. Un oso es aniquilado, Nyzel y Vincenzo también son apresados por los ataques de tentáculos. El tercer monstruo vuela directo a She-ra, la apresa tras morderla. La cazadora llama a su bestia, intenta dar un golpe con su Dragonlance pero falla, luego conecta un ataque gracias a la bendición de Raven. Darastrix utiliza su capa y viaja al plano astral para liberarse. El oso que quedaba en cubierta ataca con todas sus fuerzas. Nyzel lanza un fuerte conjuro nigromántico, aunque resistido, logra pudrir parte del interior del enemigo. Vincenzo invoca a su eco y logra matar a uno de los enemigos. Continúa su frenezí de violencia y sigue atacando a otro enemigo. Nyzel, que estaba apresado, es engullido por la boca estomacal del monstruo que lo sujetaba, el otro intenta hacer lo mismo pero She-ra cruza la Dragonlance evitando que la devoren. Darastrix vuelve al plano material. Nyzel comienza a sentir como el ácido estomacal comienza a quemarle la piel, utiliza un conjuro guardado en su anillo para resistir y luego lanza un conjuro de contacto electrizante sobre el monstruo devolviéndole parte del daño de ácido por su propio conjuro. Uno de los monstruos vuelve a chillar intentando aturdir a los aventureros. El otro engulle a She-ra que comienza a sentir como se le quema la piel. She-ra maniobra su lanza como puede, y su ataque junto a los de su bestia desde el exterior son suficientes para que el Murgrik la escupa. Un disparo de Darastrix certero acaba con la vida del monstruo un instante después. Nyzel, por su lado sigue resistiendo. El monstruo intenta emprender vuelo de nuevo al agua. Es alcanzado por varios ataques y cae muerto sobre el agua. Nyzel desde dentro y Vincenzo agarrado a un tentáculo caen al agua. She-ra salta inmediatamente a asegurarse que el enano no se hunda. Para recuperarse, Darastrix bebe una de las pociones. El kobold se recupera de sus heridas sin saber qué efecto secundario lo estaría afectando si lo hubiese. She-ra bebe la otra poción.
Un segundo después una extraña criatura alada con forma de cubo metálico aparece frente a ella acusándola. Nyzel lanza un conjuro de lenguas inmediatamente para entender su lenguaje. Aparentemente la acusa de romper la ley fundamental. She-ra hace una acusación vacía sobre que el recién llegado y su gente son los responsables del ataque de las babosas. El sujeto desaparece mientras volvía a acusar a She-ra de romper la ley fundamental y perder... La desaparición se da justo antes de que el ser pronuncie las palabras. Un extraño efecto de la poción de curación.
Con las cosas calmas retoman la remada y tiempo después llegan a otra costa. Encuentran una versión más prolija y grande de la figura que vieron en la otra costa.
Ignoran la estatua y She-ra se apremia a continuar navegando por otro túnel en vez de bajar a tierra. She-ra prefiere un camino más largo, pero seguro. Acceden a un túnel paralelo y angosto hasta encontrar el punto que buscaba She-ra. Encuentran otros restos de muelle, dejan el barco como pueden y continúan a pie.
Finalmente el túnel se abre a una gran cueva, en el centro ven de lejos un campamento élfico con algo de movimiento, a la izquierda varios túneles que llegan hasta allí. A la derecha del campamento, tras unos cuantos metros, un vacío enorme que lo ocupa todo y es cruzado por un endeble puente con patas cada sesenta metros. She-ra está ansiosa por terminar con la guerra, cuesta convencerla para descansar. Darastrix viajaría la plano astral y pondría explosivos en las patas del puente, pero se abre el debate sobre de qué lado deben quedarse. El debate se vuelve acalorado. She-ra insiste en que deben volver a Lyrengorn y encontrar a Paighon, Vincenzo insiste en que nada los espera en Lyrengorn, si quedan del otro lado pueden volver a Cuatro Destinos y organizarse para vencer al ejército que quedó desmembrado de sus líderes. Nyzel opina, pero no es tan contundente. En eso momento Darastrix comienza a hablar...
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