El sol volvía a salir por el horizonte, pero la gente de Greenest no realizaba sus tareas diarias. Contaban las pérdidas, reparaban los daños más urgentes y planeaban como pasarían el invierno si los alimentos se hubiesen perdido. En la fortaleza el grupo de héroes se reunía con Nighthill y Escobert. Debido a que todas las fuerzas del pueblo estaban ocupadas en la reconstrucción, el gobernador se vio forzado, otra vez, a solicitar a los recién llegados que investiguen y sigan las huellas dejadas por los saqueadores. Así, junto con la ayuda de Escarlata que ya conoce parte de las tierras circundantes el grupo partiría luego de reaprovisionarse.
Antes de salir, un monje herido solicitó la ayuda del grupo, Nesim Waladra decía que la noche anterior uno de sus hermanos de la orden había desaparecido y sólo encontraron su bastón roto. El monje perdido resultaba ser Leosin, antiguo amigo de Rosleaw y motivo por el que este visitaba el pueblo. El monje habría estado estudiando a los saqueadores hace meses y su investigación lo había llevado al pueblo de Greenest.
Los aventureros partieron luego sin demora. La agradable vista de la campiña no quitaba el mal sabor de boca....
Las huellas no fueron difíciles de seguir y tras una hora de viaje el grupo utilizó los altos pastizales para emboscar un grupo de kobolds y mercenarios que habían quedado rezagados. No tardan en despacharlos ya que Escarlata pudo moverse entre las sombras y descartar las armas de los humanos antes del ataque. Un interrogatorio al mercenario sobreviviente les dio información sobre la guarida de los atacantes y advirtió que posiblemente más adelante habría una verdadera guardia protegiendo el camino. Este dato hizo que de nuevo, un ataque en emboscada le diese la victoria a los aventureros. Mientras se tomaban un descanso lograron encontrar a un costado del camino tomado por los invasores una caja con ropajes negros.
Otra hora de viaje y el grupo ve a lo lejos la meseta con forma de herradura y el campamento dentro. Dos torres ubicadas en distintos puntos del campamento vigilan las tierras circundantes. El grupo decide dejar atados a los caballos y acercarse vistiendo las capas robadas fingiendo total confianza.
La entrada a la "herradura" está infestada de kobolds y pequeñas tiendas adornadas de con huesos de animales y plumas. Varias de estas criaturas miran con recelo a los recién llegados.
Más adentro del campamento tiendas más limpias y ordenadas albergaban a los mercenarios que habrían llevado adelante el ataque.
Así se ven las capas robadas y las que usan algunos de los cultistas |
El grupo no tarda en iniciar una infiltración descubriendo muchas cosas sobre los atacantes, que parecen estar ligados al Culto del Dragón. Aún tienen prisioneros de Greenest, no todos son miembros del culto, la mayoría son mercenarios a sueldo, su objetivo era conseguir oro y objetos valiosos para "El gran tesoro de la Reina de los Dragones".
Una carpa más grande y muy custodiada albergaría a los líderes de la organización de la que aún los aventureros no saben demasiado. Para el anochecer el grupo ya habría descubierto la ubicación de Leosin y los prisioneros que eran obligados a trabajar como esclavos.
Un cultista se burla de Leosin |
Los prisioneros eran atados a grandes cruces por la noche, Leosin se encontraba segregado, según lo que pudieron averiguar, era de particular interés para alguien llamado "Rezmir", uno de los líderes del lugar. No tardó mucho en aparecer una mujer que azotaría sin piedad al pobre semielfo. Para seguir con el engaño y valiéndose de las capas robadas y una máscara fabricada, Aloun solicita el látigo de Frulam, la mujer que parecía tener un cargo y se encontraba torturándolo, para ganarse su favor e intentar averiguar algo más. Los latigazos no fueron una fachada. Terminado el acto, que fue aplaudido por algunos cultistas, Rosleaw se acerca a su antiguo amigo para intentar liberarlo, pero éste se niega, confiando en él, el seguidor de Silvanus lo abandona a su suerte.
Luego de, sigilosamente, eliminar a los guardias apostados en la torre más elevada, el grupo logra engañar a quienes custodiaban a los prisioneros para poder aniquilarlos en una cueva próxima a las tiendas que se suponía debían cuidar. Vistiendo a los prisioneros con las ropas de los caídos logran escapar del campamento enemigo, no sin antes cruzarse con un kobold que parecía reconocer a Rosleaw por su batalla con Cyanwrath. No tardan en encargarse de él y seguir con la huida.
Al alcanzar los caballos ocultos los cuernos de alarma del campamento comenzaron a sonar, pero ya era tarde y el grupo estaba en su camino de vuelta al poblado, enviando primero a los prisioneros a caballo y ellos a pie.
Detalle de las capas utilizadas por los cultistas |