Frustrados por no sacar nada en limpio del gigante de las tormentas avanzan con sus escoltas de nuevo a ver a los gigantes de piedra sólo para mantener la charada. Sólo averiguarían que ambos se encontraban allí intentando hacer lo mejor para su raza.
El siguiente paso sería investigar la torre de control del castillo. Al entrar a la torre la misma se volvería "invisible" para ellos, permitiéndoles ver todos los alrededores al castillo que se encontraba en los aires. Unas runas aparecerían brillando en el aire con palabras en gigante. Tras intentar accionar las runas y ver cambios bruscos descubrirían que otra voluntad gobernaba el castillo. Parecería ser la mujer de Blagothkus, y se encontraba preocupada por el futuro de su marido. Sin embargo no lograrían ponerse de acuerdo y las alteraciones en los controles llamarían la atención del gigante.
Tras enterarse de algunas cosas, la voluntad que gobernaba el castillo decide cambiar el rumbo. Al sentir esto, Glazhael huye de su guarida aullando.
Glazhael da un último vistazo a tu tesoro |
Blagothkus llegaría con su guardia personal para ajusticiar a los intrusos. El combate fue crudo, pero los héroes resultarían vencedores sólo para ver como el alma del gigante de disparase hacia la torre de control. La nave se aceleraba cada vez más.
Blagothkus desencadena su furia |
El castillo está a punto de colisionar contra las montañas. Wulf consigue subirse al drako de Escarlata, pero Rosleaw no. Con una descarga descomunal de adrenalina consigue correr tras el wyvern que comenzaba a despegar pues el castillo estaba chocando, pero no logró agarrarse de su espolón. Un estruendo tremendo helaría la sangre de los demás, y el seguidor de Sylvanus se perdería en una nube de polvo y escombros.
Decididos a no perder a su compañero, Escarlata se lanza al vacío para ubicar a Rosleaw. Al encontrarlo bajo los escombros comienza a gritar pidiendo ayuda. Wulf al no poder controlar al Wyvern para que baje le rompe un ala con su martillo y lo utiliza de amortiguador y luego de trineo para llegar rápido hasta Rosleaw, y por la gracia de Halea le impone una curación mágica para salvarlo de las garras de la muerte. Aloun se mantenía segura en el aire.
Tras correr los escombros sobre el clérigo y verificar que "sólo" perdió una pierna abandonan el lugar del colapso y comienzan la larga vuelta al sur, hacia Waterdeep, a dar el parte. Un largo trayecto tienen en frente.
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