Alkrom había llegado días antes a Tyr buscando a sus aliados, particularmente a su "campeón", Coconan. Los poderes de la espada que había forjado para él debían comenzar a despertar. En la Arena de Gladiadores de Tyr sólo encontró a Doro con quien, junto al resto, había defendido al espíritu de Desverendi mientras ayudaban a Korgunard a terminar su transformación. La halfling le comentó que el gladiador había partido a ver a Agis de Asticles. Así fue que repitieron el camino de los demás visitando al noble y partiendo a más velocidad, montando kanks, tras ellos.
Agis de Asticles |
23 de Macro, Año Libre 4
Coconan, Kivi y Hukaa se encontraban contemplando a los guardias elfos de Silver Spring mientras rememoraban haber sido estafados por los elfos al momento que son alcanzados por Alkrom y Doro. El grupo estaba completo otra vez. Esquivan el último oasis del que saben su ubicación antes de abandonar los caminos transitados y adentrarse en el desierto.
24 de Macro, Año Libre 4
A lo lejos ven una formación rocosa en forma de aguja que sobresale del desierto que atraviesan. Al acercarse el mediodía deciden que es un buen refugio para protegerse del abrumador calor del Sol Carmesí. Al llegar los enanos utilizan su control sobre la tierra para abrir un una cueva en la formación pero se encuentran con que es completamente hueca en su interior. El intento de exploración atrae a un depredador del desierto, un gigantesco insecto con poderes psiónicos.
Los ataques mentales de la bestia son imponentes pero no logra sobreponerse a la superioridad numérica y su cuerpo sin vida cae por el mismo pozo del que salió.
Al volver a ser posible la marcha bajo el sol reanudan el viaje. Las horas son largas y pierden la cuenta de cuantas colinas de arena han subido y bajado.
Sin embargo el aburrimiento no dura mucho en Athas... Al igual que la vida. Escuchan gritos y tras la siguiente colina de arena encuentran una pequeña villa desde dónde vienen el griterío. Bajan a investigar de forma sigilosa encontrando que la gente que intentó alejarse de la tiranía de las ciudades estado en este pequeño pueblo habían sido masacradas por un grupo de thri-kreens desquiciados.
El grupo avanza sigiloso, escondiéndose y avanzando entre las dunas hasta adentrarse en el pueblo sin ser vistos. Hay olor a sulfuro y algunos pequeños focos de incendio. Les resulta fácil tomar por sorpresa a los hombres insecto pero es tarde. Todos han muerto en el pueblo. Todos menos un enano que encuentran agonizante y carente de una de sus piernas.
El grupo entero se reúne una vez más |
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