Hukka aprovecha su capacidad de correr a alta velocidad y por largos períodos de tiempo y se ofrece a llevar al enano, luego de ser curado por Alkrom, a los campos de cosecha al norte, dónde otros ex esclavos deberían encontrarse.
25 de Macro, Año Libre 4
Esa mañana Alkrom se toma un rato para elegir cuidadosamente sus hechizos. Utiliza la magia de adivinación antes de comenzar a marchar sin un rumbo específico. Llama a un espíritu de la tierra que manipula una pequeña porción de tierra para mostrar los alrededores en una especie de miniatura a escala del terreno circundante. El enano identifica las ruinas a las que se dirigen y fija el rumbo.
El suelo parece desplazarse bajo sus pies mientras ellos se mantienen estáticos en una infinita marcha, hasta que el calor directo del sol en su posición más alta hace imposible seguir andando y buscan refugio para llenar la tripa.
Ningún almuerzo es tranquilo en Athas. Son atacados por una paraje de Braxats, gigantes acorazados del desierto, con la perversidad de un rey hechicero, pero la inteligencia de un erdlu. Su fuerza bruta no les alcanza y su destino es la muerte....
... Las gotas de sudor siguen cayendo por los pectorales de Coconan hasta que la incertidumbre sobre le rumbo y la posición del campamento de los saqueadores de las arenas negras los hacen finalmente detenerse a replantearse la situación. En ese momento Alkrom vuelve a utilizar la magia para leer los presagios. Enfilan hacia el oasis que se ve en el horizonte.
El grupo se divide para explorar la zona y buscar algún fruto o algo útil, además de asegurarse que no hayan enemigos. Un oasis es el perfecto lugar para ser emboscados por depredadores... Así lo descubren Coconan y Doro al recibir los proyectiles de los cactus que intentan apresarlos. Ni las plantas son seguras en Athas.
Kivi se mantiene alerta y preocupado, esperaba encontrar un druida protegiendo el oasis, pero en vez de eso escucha los gritos de sus compañeros del otro lado. Temiendo tanto por ellos como por las plantas del lugar el enano monta a toda velocidad a rocky, su inix, y corren hacía allí mientras utiliza su bastón mágico para imbuirse de poder y hablar con las plantas pidiendo perdón y la liberación de sus camaradas. Al volver a encontrarse a salvo Alkrom reta a Coconan por imprudente, llevan muchísimo tiempo explorando el desierto, esa clase de errores no debían suceder más.
Se recomponen y retoman la marcha.
El desierto vuelve a sorprenderlos con una visión increíble. Al acercarse al terreno indicado por Korgunard la tierra comienza a volverse negra. Deben encontrar ahora el campamento de los Black Sand Raiders. Mientras deciden el curso de acción ven que una suerte de patrulla viene montando kanks hacía su posición. Se esconden en una formación rocosa. Media docena de jinetes y lo que parece ser un profanador elfo se detienen en el lugar. Al darse cuenta Kivi que el elfo era profanador cuando intenta realizar un hechizo posiblemente de adivinación sale a enfrentarlo mientras, desde su escondite, Alkrom sacrifica su propia vitalidad voluntariamente para que la magia del profanador no destruya aún más la tierra a su alrededor. Kivi por su parte contrarresta los hechizos del elfo.
El combate es inminente mientras Kivi avanza contra el profanador. Los jinetes atacan, Coconan enviste saltando primero desde su posición lanzando sus dos hachas arrojadizas, Doro avanza entre las sombras apuñalando sigilosamente a cuanto infeliz se le cruce, Alkrom invoca un aliado del plano de su señor elemental mientras Kivi intercambia ataques mágicos con el elfo que intenta paralizar a sus enemigos...
De los jinetes de las arenas sólo queda uno. Es interrogado y Alkrom usa la adivinación para verificar lo dicho. Roban las ropas para camuflarse y Doro apuñala al bastardo para comerle un brazo.
... Las gotas de sudor siguen cayendo por los pectorales de Coconan hasta que la incertidumbre sobre le rumbo y la posición del campamento de los saqueadores de las arenas negras los hacen finalmente detenerse a replantearse la situación. En ese momento Alkrom vuelve a utilizar la magia para leer los presagios. Enfilan hacia el oasis que se ve en el horizonte.
El grupo se divide para explorar la zona y buscar algún fruto o algo útil, además de asegurarse que no hayan enemigos. Un oasis es el perfecto lugar para ser emboscados por depredadores... Así lo descubren Coconan y Doro al recibir los proyectiles de los cactus que intentan apresarlos. Ni las plantas son seguras en Athas.
Kivi se mantiene alerta y preocupado, esperaba encontrar un druida protegiendo el oasis, pero en vez de eso escucha los gritos de sus compañeros del otro lado. Temiendo tanto por ellos como por las plantas del lugar el enano monta a toda velocidad a rocky, su inix, y corren hacía allí mientras utiliza su bastón mágico para imbuirse de poder y hablar con las plantas pidiendo perdón y la liberación de sus camaradas. Al volver a encontrarse a salvo Alkrom reta a Coconan por imprudente, llevan muchísimo tiempo explorando el desierto, esa clase de errores no debían suceder más.
Se recomponen y retoman la marcha.
El desierto vuelve a sorprenderlos con una visión increíble. Al acercarse al terreno indicado por Korgunard la tierra comienza a volverse negra. Deben encontrar ahora el campamento de los Black Sand Raiders. Mientras deciden el curso de acción ven que una suerte de patrulla viene montando kanks hacía su posición. Se esconden en una formación rocosa. Media docena de jinetes y lo que parece ser un profanador elfo se detienen en el lugar. Al darse cuenta Kivi que el elfo era profanador cuando intenta realizar un hechizo posiblemente de adivinación sale a enfrentarlo mientras, desde su escondite, Alkrom sacrifica su propia vitalidad voluntariamente para que la magia del profanador no destruya aún más la tierra a su alrededor. Kivi por su parte contrarresta los hechizos del elfo.
El combate es inminente mientras Kivi avanza contra el profanador. Los jinetes atacan, Coconan enviste saltando primero desde su posición lanzando sus dos hachas arrojadizas, Doro avanza entre las sombras apuñalando sigilosamente a cuanto infeliz se le cruce, Alkrom invoca un aliado del plano de su señor elemental mientras Kivi intercambia ataques mágicos con el elfo que intenta paralizar a sus enemigos...
De los jinetes de las arenas sólo queda uno. Es interrogado y Alkrom usa la adivinación para verificar lo dicho. Roban las ropas para camuflarse y Doro apuñala al bastardo para comerle un brazo.
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