El Final
10 de Octavus, Año Libre 4
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Pharistes, Wardo y Jixk |
Finalmente estaban frente al Psionatrix. Sólo se interponían en medio tres sujetos. Pharistes, el Cerebral Master de la Orden, Wardo y Jixk, un templario y una halfling al servicio de Hamanu que parecían dominados por el psiónico. El combate es inminente, Doro inmediatamente engulle una fruta mágica de velocidad y corre directo frente al psiónico para intentar apuñalarlo, pero ante los ojos de la guerrera hafling el contorno del Maestro Psiónico es borroso y no logra conectar el golpe. El bastardo estaba preparado.
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Fenixin esperando en su escudo |
Coconan avanza dando golpes en su escudo invocando a Fenixin al combate. Apoyándose en la criatura elemental de fuego Coconan logra asestar tres golpes en Jixk para empezar a inclinar la balanza hacia su lado. Por su lado, Hukaa, al verse limitada de nuevo por el artilugio psiónico en toda su potencia decide tomar medidas drásticas. Aprovechando su tendencia racial a correr pega varias zancadas largas hasta el Psionatrix, forcejea con Pharistes y logra meter el dispositivo en su bolsa de contención psiónica para luego destruirla a voluntad enviando todo el contenido a otro plano de existencia. De esta manera, todo el plano material queda para siempre, en teoría, fuera del alcance del Psionatrix.
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El contenido del bolsillo dimensional perdiéndose para siempre |
Hirviendo de rabia al ver los planes de toda su vida desaparece en un segundo Pharistes intenta dominar la mente de Hukaa pero es repelido. Aún en éxtasis grita ordenes a los urikitas para que la maten. Ante esta orden, Mara utiliza su propio dispositivo psiónico potenciador y utilizando el sendero lanza a los urikitas volando por las ventanas de la torre. Sin que lo sepan, Wardo utiliza un conjuro de caída de pluma y luego otro para poder volar...
Coconan y Doro centran ahora sus ataques en Pharistes. Lo mismo hace Hukaa con su rayo desintegrador. El Maestro del Sendero devuelve la agresión con un ataque mental que daña a la psiquis de todos fuertemente pero no le alcanza. Wardo aparece en ese momento volando por una ventana lanzando rayos... o intentándolo. Hukaa reacciona invadiendo la mente del templario para evitar que lance su conjuro. En ese momento Doro conecta, ayudado por Coconan, dos feroces puñaladas en Pharistes que comienza a bañar de sangre la Torre Dasaraches. Coconan lo tumba y golpea dando lugar a que Fenixin lo calcine con una llamarada. Wardo recibe un rayo desintegrador de Hukaa. Al borde de la muerte, el Maestro del Sendero utiliza sus últimas fuerzas para teleportarse a algún lugar.
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Wardo resiste el último rayo de Hukaa
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Mara acelera las partículas del cuerpo de Coconan haciéndolo brutalmente veloz mientras el templario Wardo lanza un conjuro de bola de fuego. Creyendo que Pharistes sólo se habia hecho invisible Doro comienza a apuñalar el aire a ciegas. Al ver que no lo encontraba corre por la escalera intentando alcanzarlo pensando que luego de hacerse invisible intentó huir.
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Water Drake |
Antes de que pudiesen dedicarse a liquidar al templario la estructura de la torre comienza a sacudirse y el techo del piso en el que se encontraban es arrancado por completo dejando ver al enorme Drake Acuático que habían esquivado antes. Un último regalito de Pharistes. Inmediátamente la criatura lanza su arma de aliento de vapor hirviendo. Mara queda inconsciente, Hukaa se teletransporta justo a tiempo, Coconan apenas resiste el impacto. Saben que no ganan nada con pelear, pero corren mucho riesgo, la misión está cumplida. Hukaa vuelve a recoger a Coconan y se teletransportan a la escalera para descender y alejarse lo más rápido posible. Milagrosamente Mara recupera el aliento e intenta utilizar el sendero para hacer levitar al Drake alejándolo pero, obviamente falla. Luego huye con el resto.
... Más tarde en el bosque...
Dasaraches ha quedado atrás y Mara ha alcanzado al grupo. Como agradecimiento el miembro de la Orden les advierte que, con la amenaza del Psionatrix eliminada, su agrupación no tardará nada en advertir que Doro, Coconan y Hukaa son una amenaza para el secretismo de la Orden y seguramente vayan tras ellos. Se despiden fríamente mientras Mara lamenta la pérdida del Psionatrix y vaticina los años de investigación y trabajo en las sombras que llevará recuperarlo, si es que se puede, para usarlo a fines más nobles.
... Semanas más tarde ...
En Urik se logra dar el reencuentro de Hukaa y su maestro, aunque el segundo no parece recordar mucho de los últimos meses. Evidentemente su mente ha sido alterada por la Orden. Esto no parece preocuparle a Hukaa que sólo está feliz de volver a ver a su antiguo guía...
Mientras tanto, al sur en Tyr, Alkrom se reúne nuevamente con Coconan y Doro. El enano explica que llegó el momento de darle el uso real a Condenadora con el que fue concebida. Eliminar a los Reyes Hechiceros. La sangre fluye con intensidad por los músculos del gladiador mientras escucha como Alkrom le explica que, en su plano elemental, fuera de toda intromisión ajena, han creado una arena dónde el gladiador podrá batirse en duelo singular contra los Reyes Hechiceros, o por lo menos uno si es que muere en el primer combate. Sólo deben buscar la forma de engañar al Rey Hechicero para teletransportarlo al plano elemental de tierra.
... Muchos meses después...
En el interior de la enorme cueva en el plano material de la tierra se ven dos imponentes figuras. El gladiador Coconan esgrimiendo a Condenadora, protegido por su escudo mágico alimentado por el alma fueguina de Fenixin y portando como yelmo, y a modo de burla, el cráneo del antiguo campeón de Urik. Frente a él una figura aún más alta. Un enorme humanoide de rostro felino, enormes colmillos y majestuosa melena. Tras medirse un rato con la mirada corren el uno contra el otro hasta que sus armas se golpean entre sí sacudiendo hasta los cimientos del plano de tierra.
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El ¿último? duelo del León de Urik |