¡El tesoro del Imperio!
11 de Octubre de 1021 luego de La Caída de Plutonia
Antes de que los guardias lleguen logran investigar el lugar de los hechos. Pietro usa su olfato agudo y distingue una mezcla de olores. Además del olor a calabaza y plantas exóticas, detecta olor a triflewood, una madera muy rara y difícil de conseguir. Con esta información, Samid vuelve a ingresar al gremio lanzando un conjuro de detectar pensamientos y con la bendición de Salvatore. Hace algunas preguntas y descubren que una marionette llamada Gerbera ha estado preguntando por esa madera en el mercado. Esta marionette es la cuidadora de los Jardines de Saint Lichen. Piden la ubicación y hacia allí se dirigen.
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Jardines de Saint Lichen |
Fatay da rápidamente un panorama desde el aire de los jardines a la vez que inspeccionan a los guardias cercanos, infantería imperial que no parece muy sobria. Fatay informa sobre un niño jugando con herramientas en la casita del árbol. Deciden evitar la entrada principal y saltan el muro cerca de la pequeña cabaña. Allí encuentran un invernadero, plantaciones de calabazas y todo tipo de hierbas, brebajes y demás. Una de las calabazas se encontraba tallada con forma de rostro a la vez que en la cercanía había una especie de muñeco del tamaño de un niño hecha con ramas, hojas, raíces y verduras. Toman nota de esto y se dirigen a la fuente central. La fuente se encuentra rodeada de cuidados jardines, pero el agua y la escultura parecen podridos, llenos de moho, algas y hiedras. Samid se asoma para usar su telekinesis y extraer una de las monedas del fondo, en ese momento una de las hiedras se retuerce y lo toma en el aire.
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Samid apresado |
Falka intenta usar su conjuro burlón, pero no hay una mente a la que atacar. Pietro utiliza su espada, ayudado por Fatay, y conecta el golpe. Samid hace gala de un conjuro recientemente aprendido, en un instante convierte su cuerpo en polvo gris y rosado y al mismo tiempo y con el mismo polvo se materializa tras sus compañeros para luego disparar sus rayos arcanos dejando a todos boquiabiertos con la exhibición de extravaganza. Dino da un golpe para destruir un conjunto de hiedras. En ese momento unas criaturas pequeñas hechas de plantas y con cabeza de calabazas talladas aparecen de entre las plantas y atacan al grupo aunque torpemente. El combate no era su fuerte. Pietro es el único que recibe un golpe y logra notar un hilo con una argolla colgando de la espalda de su agresor.
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Gourds |
Falka da unos ágiles pasos hacia atrás para ponerse a cubierto y Fatay lo mismo para volar en altura. Pietro utiliza su conjuro incandescente para aventajarse en combate sin saber que el fuego de su espada haría explotar a la criatura alcanzada lanzando fuego a los alrededores hiriéndolos a todos aunque no gravemente. Fatay mata a otro gourd con su rayo mágico. A sabiendas de evitar el uso del fuego liquidan a todas las plantas rápidamente sin mayores complicaciones. Recuperan unas míseras monedas del fondo de la fuente junto a un anillo mágico. Luego se esconden en unos arbustos desde lejos para probar, con la telekinesis de Samid, qué sucede al jalar de la argolla atada a un monstruo. Como sospechaban, la criatura explota. Guardan los dos cadáveres sin explotar en su bolsa mágica y avanzan hasta la entrada a un laberinto en dirección al gran árbol. Allí, Dino toma la iniciativa de guiarlos entre la maleza laberíntica ayudado con la guía aérea de Fatay llegando rápidamente y sin problemas a las cercanías del enorme árbol.
En vez de entrar directamente por el frente y la escalera principal, acceden a un oscuro túnel entre las raíces del gran árbol, en su camino Falka y Salvatore son apresados por raíces que se mueven rápidamente hacia ellos. Un instante después varias criaturas diabólicas hechas de plantas se abalanzan sobre ellos.
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Mandrake |
Falka inspira a Pietro para luego lanzar su conjuro de burla, el wolfcat avanza así y con su espada ardiendo proyecta un gran daño en uno de los monstruos. Salvatore le da el golpe final a ese antes de que pueda atacar, pero en su muerte proyecta un chirrido agudísimo que hiere psiquicamente a todos. El combate se desarrolla de manera sencilla, pero los gritos atroces que lanzan al morir las criaturas diezman las fuerzas del grupo que presiona y sube por una escalera en el interior del tronco del árbol formada por raíces y ramas hasta el interior de la cabaña en la cima tomando por sorpresa al "niño" que allí habitaba.
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Gerbera |
La extraña niña es una marionette que no parece del todo cuerda, intentan interrogarla pero devuelve la pregunta interesada en saber si viene allí por el último show exponiendo que debería serlo ya que son participes. No tardan en ponerse incómodas y Samid pierde los estribos por un segundo. La niña se pone una máscara blanca mientras Falka intenta seguir el juego tocando una canción. La niña pide que se unan los demás para cantar en honor a Mephitis, la diosa de la mala suerte que habría sido responsable del rayo que cayó en Fatay más temprano. Preguntan qué la vincula con esa diosa y la chiquilla confiesa que recibe su poder para mejorar su arte, manteniendo la comunicación ambigua. Cuando se dan cuenta la pequeña marionette se encontraba, junto a sus gourds, en medio del grupo, con una mano abre la ropa en su pecho dejando ver frascos de un líquido burbujeante en una cavidad en su torso de madera y con la otra mano toma las enormes tijeras de su cintura y la clava en los frascos haciéndola explotar en un fuego del infierno junto a sus gourds. Un instante después el olor a quemado perturba sus olfatos, las ramas arden, su piel fue quemada. Salvatore y Falka están inconscientes con quemaduras graves. Tras algunos intentos Samid logran estabilizar las heridas de Salvatore y Falka con ayuda de Pietro y Dino respectivamente. Para esta tarea utilizó algunos elementos médicos precarios de su bolso. A sabiendas de que se aproximarían guardias meten a sus compañeros inconscientes en sus bolsas mágicas, la cabeza de Gerbera y las pruebas que pueden para luego retirarse en la oscuridad de la noche. Buscan a Ventresca y su carro para pasar la noche y recuperar el aliento.
12 de Octubre de 1021 luego de La Caída de Plutonia
Ventresca preguntá qué les pasó, pero deciden mantenerse discretos y desviar el tema hacia las especias que habían conseguido la tarde anterior. Esa mañana se dirigen a las granjas al norte de la ciudad y consiguen comprar un cerdo tras convencer con algo de alcohol a un granjero temeroso del imperio. El granjero recibe una buena suma y promete decir que el chancho enfermó y lo tuvo que quemar para no contagiar al resto. El último requerimiento de Ventresca era conseguir un cliente afamado en la ciudad, por lo que aprovechan al campesino para preguntar. Le aconsejan ver a Gabella, un artista, Madame Fropaw una malabranche que procura cuidar minorías y Spallone da Lesso, un abad que no tiene miedo en hablar mal públicamente del imperio.
16 de Octubre de 1021 luego de La Caída de Plutonia
Tras varios días investigando a los candidatos a cliente Samid decide que lo mejor es darle una visita al abad, para lo que pide a Ventresca algunas muestras de sus canapés. No tardan en encontrarlo pregonando en la puerta de su templo: The Blessed Gourdmand Friars of the Lamb. El abad no tarda en sucumbir ante la posibilidad de tener acceso a platos abundantes de carne tras comer tanto tiempo limitadas porciones de arroz, así que acompaña al grupo junto a Ventresca para hacer los aburridos arreglos del contrato de suministros. Con el éxito venidero para su chef favorito tendrán acceso a ganancias para mejorar el Mozzarella in Carroza y poner un pequeño jardín de hierbas curativas.
Superadas las tareas de Ventresca deben enfrentar su objetivo final, el castillo de Pavida. Debaten un largo rato sobre cómo llevar adelante el asalto e incluso hacen una prueba con la escoba y las bolsas mágicas.
Una vez el "perfecto" plan está listo se dirigen al Primer Anillo frente al castillo. Se acercan a la entrada y hablan con los guardias, luego con un superior, hasta tener una audiencia con el Archi-Canciller Reginald.
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Salón de Audiencias |
Son llevados hasta una construcción en medio del patio interior del castillo, ahora ocupado por fuerzas imperiales, allí son despojados de sus armas, aunque Dino logra ocultar una de las armas robadas a un soldado imperial liquidado tiempo atrás. Son recibidos por Reginald y un par de sus Pastores Altomágnicos. El salón es austero aunque decorado con iconografía del dogma Pulicano, mapas de los Bounty Kingdoms y estandartes imperiales.
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Archi-Canciller Reginald |
Riginald parece ser alguien accesible y, aunque al principio miden un poco sus palabras, logran llegar a buen puerto. Exponen lo sucedido con los ataques terroristas y muestran las pruebas, incluida la cabeza de Gerbera y los cadáveres recuperados de los gourds. Al momento de recibir el pago sólo queda Reginald y dos de sus Pastores, uno de los cuales tiene una llave negra atada a su collar con la cual abre dos enormes puertas para juntar las piezas de oro prometidas. En este acto logran ver tras las puertas una veintena de cofres metálicos desbordados en oro. ¡El maldito tesoro imperial!