Las duras tareas continúan en el zigurat de Kalak. Aunque sea Alkrom está recibiendo una buena porción de alimento y tareas menores. Es más, en la cocina se le acerca la mujer que intentó salvar al llegar a Tyr, Mahlanda.
Mahlanda |
La mujer dice llamarse Mahlanda y al parecer es de las personas que "llevan el velo". El enano no consigue hablar mucho más con ella pero éste le da una daga de obsidiana como muestra de agradecimiento. Por otro lado, Coconan es interceptado por Orman, el semielfo que recibía una golpiza cuando el gladiador fue recapturado.
Orman se acerca tímidamente y agradece al bárbaro, entendiendo que éste lo había ayudado y antes de que pueda responder se va gruñendo: "Ahora te debo un favor".
Al día siguiente Brazos también es visitado por un "conocido", el mul dueño del puesto de frutas dañado cuando atraparon al hombre insecto. El thri-kreen no le responde a sus palabras, se muestra totalmente indiferente.
El mul ignorado |
Otro caluroso día transcurría y Alkrom escucha una extraña voz en su mente. Era Faldar, la persona a quién habían ayudado desinteresadamente. Faldar le pide a él y a Coconan que lo encuentren detrás de unas chozas por la noche a dónde llegan a hurtadillas. Les pide un favor, deberían entregar una carta a Etheros en determinada posada. Aceptan ya que "muchos podrían morir si esta carta no se entrega" y logran huir de los pozos de esclavos gracias a que por algún arte todos los guardias yacían dormidos en el suelo.
Llegan a la posada y hablan con el excéntrico Etheros, allí descubren que la persona que Alkrom había visto la otra noche era un potencial aliado: Ganj y se les pide que vuelvan a los corrales. Se les necesita allí. "La alianza nunca los forzaría a volver allí si no fuera porque necesitan desesperadamente mensajeros dentro del lugar". Alkrom y Coconan consiguen que Kivi y Brazos sean considerados de confianza y sean tenidos en cuenta como aliados, además reciben potentes collares mágicos protectores. De nuevo en los corrales los guardias siguen durmiendo.
Un par de días después el grupo es interceptado por Lissan y su dueño, un tipo robusto con armadura de gladiador rodeado de una guardia personal de tres semigigantes, se trata de Morvak.
Por recomendación de Lissan ellos podríans er gladiadores, accediendo a una vida un poco menos miserablemente, aunque potencialmente mucho más corta.
Sin muchas explicaciones son llevados bajo el caliente sol oscuro al campo de entrenamiento. El corazón de Coconan vuelve a latir apasionadamente por la sangre seca que mancha aquí y allí la arena. Son invitados a equiparse con algunas armas básicas de una mesa y de inmediato son metidos a una suerte de corral. La cara de Lissan palidece, Morvak no se inmuta. De inmediato son atacados por una extraña criatura psionica capaz de volverse invisible. Un tembo.
El tembo espera hambriento antes de usar su forma gaseosa e invisibilidad para atacar por sorpresa |
El combate es duro y casi le cuesta la vida a más de uno. La balanza se torna peligrosa particularmente cuando Kivi cesa de atacar al ver que la criatura puede hablar y es "racional". Finalmente al estar el tembo bastante herido los adiestradores interrumpen el combate y los guerreros son considerados como posibles gladiadores.
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