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lunes, 17 de febrero de 2020

Dragon's Crown - Sesión 46 (05/02/2020)

Continúa el viaje

19 de Hexameron, Año Libre 4
Kivi utiliza su magia reparadora para, aunque sea, reponer las fibras de tela rasgada y evitar que la tapiz se haga polvo al descolgarlo. Enrollan la tela y la guardan. Pasan un buen tiempo intentando descifrar el significado del críptico mensaje pero es una pérdida de tiempo. Aún les falta información. 

20 de Hexameron, Año Libre 4
La mañana del siguiente día encuentra al grupo circulando por una zona de fondo fangoso en el Mar de Polvo. Las habilidades de Coconan aún no son las indicadas para vadear cualquier tipo de terreno y encallan el esquife. El gladiador intenta varias maniobras para utilizar mejor la fuerza del viento pero parece en vano. Finalmente Kivi vuelve a lanzarse al polvo transformado en bestia gigante y con toda la fuerza de su nueva forma logra destrabar la rueda encallada. Sin embargo ya era tarde. Habían perdido demasiado tiempo expuestos y tres enormes criaturas reptilianas y aladas atacan desde el aire.
Wyvern
Las bestias voladoras poseen un terrible veneno en el aguijón de la punta de sus colas. Mientras Coconan y Doro derriban a una de las bestias Trenbull cae ante el veneno de otra. Rápidamente el gladiador y la asesina protegen al mercader caído y mientras Kivi y Hukaa derrotan al otro wyvern. Coconan incluso intenta apresar a la bestia con su red mágica pero el monstruo logra huir, aunque muy herido. Alistan todo y continúan viaje.
Morghaz
Horas después llegan a la costa de Morghaz. A medida que se aproximan a la costa logran divisar una manada de sabuesos esqueletos. Dos de ellos dan la vuelta y corren a las montañas mientras que el resto espera ladrando a la Dama de Obsidiana. Sin paciencia para lidiar con los muertos vivos Marcus da un paso adelante al estar aún a una distancia prudente y lanza un poderoso hechizo de bola de fuego. Ni un sabueso sobrevive al ataque.
Al tocar tierra firme Kivi intenta entrar en comunión con el espíritu de la isla, pero su llamado es respondido por el espíritu de un muerto. El espíritu se limita a decir que "todos murieron antes de la batalla" pero no responde a las preguntas del druida. Hukaa por su parte intenta obtener una mejor vista desde el aire invocando sus alas pero el viento le impide tener un buen panorama sin alejarse mucho del grupo. Para ese momento el grupo empezaba ya a preocuparse por las raciones de su viaje. Se empezaban a agotar y el viaje de vuelta sería al menos tan largo como el que ya llevaban. Para tranquilizar la situación Kivi les recuerda que aún posee un antiguo pergamino encontrado en las ruinas que podía crear comida y agua.
Pergamino de crear comida y agua
Aunque abandonado y desgastado aún se distinguía un camino que se dirigía hacia el este. Al comenzar a circularlo otra fantasmal visión los perturba. Esta vez frente a ellos aparecían dos jinetes de Crodlus cargando contra ellos. Se preparan para la embestida, pero las transparentes figuras los atraviesan para luego esfumarse tras ellos.

Con las figuras desvanecidas continúan un trecho no muy largo hasta volver a cruzarse con espíritus. Más soldados, en su fantasmal visión se distinguían armaduras negras y rojas, como las del ejército de Hamanu. Uno de los soldados se acerca con un cuenco, como pidiendo de beber. Coconan, sin decir una palabra vuelca un poco de su agua en el cuenco. Los muertos susurran cosas incomprensibles para el grupo que sólo escucha al soldado del cuenco murmurar: "¿acaso ganamos? ¿Merek nos llevó a la victoria? ¿Al fin terminó la batalla?". Los espíritus desaparecen al pronunciarse estas últimas palabras.
Zombies legionarios de Hamanu
El camino lleva de nuevo al grupo a un olvidado campamento de guerra. Allí, fieles al señor de la guerra, un grupo de muertos aún protegía el lugar. Una decena de zombies legionarios atacan al grupo y aunque organizados, no poseen la fuerza que Hamanu impondría en su ejército. Lo que queda de los putrefactos cuerpos de los zombies es destrozado rápidamente.
Al terminar el combate una gota de sangre de una herida cae al suelo sin ser notada por el grupo. La respuesta de la tierra es un susurro fantasmal, un recuerdo que quedó grabado en la tierra misma. Los aventureros escuchan la voz de un muerto decir: "Merek dio de comer a los desertores a las bestias de sombra". Asumen que es otro efecto de la tierra maldita y prosiguen por el camino.
Coconan comienza a preocuparse por este tal Merek, lo intriga saber qué puesto ocupaba, por qué lideró un asedio tan lejos de Urik y en una zona tan hostil y qué hizo caer a tan bravo guerrero.  Sus pensamientos son interrumpidos por la visión de dos soldados entrenando en una danza con bastones largos, como un combate coreografiado. 
Al costado del camino, hacia la sima de la última montaña Hukaa ve una pequeña construcción. Siendo esa la única opción alternativa a seguir por el camino en el que sólo veían unos cientos de metros hacia adelante antes de que la niebla de polvo obstruya toda visión elijen subir e investigar la montaña. En la cima encuentran una fantasmal y oscura figura golpeando un gigantesco yunque y los cimientos de lo que otrora fuese un refugio. 
wraith
Cuando Coconan se acerca al espíritu este se descontrola en furia confiado en sus resistencias de ultratumba. Sin embargo está superado en número y las armas y ataques mágicos del grupo terminan con la profana existencia del wraith.
Decepcionados por haber perdido el tiempo descienden lo más rápido posible y continúan transitando el camino. 

El camino los lleva hasta una gran muralla que se extiende infinita al este y al oeste, pero antes de poder preocuparse por cruzar o encontrar alguna entrada son recibidos por lo que queda del grupo de asedio. 
Un gigante de las sombras, dos wraiths montando crodlus zombies y parte del ejercito de semigigantes zombies avanzan contra el grupo en un desesperado intento por eliminar toda vida. El combate empieza desconcertando al grupo por el número de enemigos. Las heridas que el Tembo había dejado en la piel de Coconan años atrás hoy lo hacían resistente al daño del gigante y de los wraiths, así se lanza confiado al medio del combate. 
Gigante de Sombra
Kivi se ve rodeado y en una situación desesperante pero tras recibir un golpe de los semigigantes su armadura crea alas mágicas que le permiten reposicionarse y lanzar hechizos desde el aire destruyendo gran parte de los zombies. Coconan utiliza el poder de Tumba Gigantes contra la bestia enorme causando un gran daño y finalmente Hukaa utiliza el sendero para desintegrar a la bestia de sombra. Con la mayor amenaza fuera de combate el resto de los no muertos son destruidos. 
Se avecinaba la noche y cruzan el muro trepando. Para un grupo reducido no era gran problema, aún tenían ganchos y soga. 
Tras cruzar la muralla, que no parece tener entrada aparente, ven finalmente la fortaleza prometida en el extremo sur de la isla. Comienzan a cruzar a campo traviesa el terreno hasta que se cruzan al espíritu de un niño. El niño rápidamente explica que los tesoros de la fortaleza ya han sido saqueados y para recuperarlos deben enterrar sus huesos en los campos a las afueras de Raam. El grupo accede a llevar los huesos del niño pero sólo después de explorar las ruinas. Esto parece alcanzar y el niño señala un punto al este dónde encuentran los viejos huesos del niño y los baldes de agua resecos hace años. El niño era aguatero del ejército de Hamanu. Kivi se toma un tiempo para santificar la zona dónde había muerto el niño.
La noche ya se había llevado todo ápice de luz por lo que descansarían allí. Sólo Kivi, en la primer guardia, ve a lo lejos un contingente de figuras que atraviesan el desierto hacia el sur. 


21 de Hexameron, Año Libre 4
Finalmente, la fortaleza
Al llegar con los primeros rayos hirvientes del sol carmesí deciden que lo mejor es ingresar por la grieta en la muralla. Dentro del lugar el patio exterior parece alfombrado por huesos, posiblemente humanos. Encuentran que aún tenía carne. Era Ulreg, la fuerte, la semigigante de Hamanu. Antes de poder siquiera cuestionarse cómo había llegado tan rápido una bola de fuego explota en el aire y un enorme esqueleto carga contra el grupo sacudiendo todos los huesos a su alrededor. El bestial muerto vivo usa un fémur de igual tamaño descomunal como garrote.

El tamaño del monstruo no atemoriza a Coconan, que le cae a hachazos destrozándolo. Dejando atrás el cadáver de Ulreg cruzan al segundo patio interior por otra grieta alineada a la anterior. Kivi encuentra un antiguo cantero. El único lugar que no estaba cubierto de huesos humanos, allí decide plantar algunas de las semillas que habían comprado a los Pterrans en el pueblo escondido de los Libres. Para cubrir más terreno se dividen en el patio interior. Unos investigan las chozas que flanquean la entrada principal sin encontrar mucho, mientras que Hukaa utiliza el sendero para reparar unos baldes que yacían quebrados al costado de un viejo pozo y con su pelo de gigante logra comenzar a sacar agua fresca del pozo.

Asesinos esqueletos
Mientras Hukaa cargaba los barriles y el resto del grupo volvía con las manos vacías del ala opuesta de la fortaleza un grupo de extraños guerreros en armaduras imposibles de obsidiana y con armas de dos puntas se lanzan al ataque contra ambas mitades del grupo. 
Tras un rato de cruzar ataques los extraños atacantes son despachos. Al investigarlos descubren que son esqueletos portando un nuevo tipo de armadura mágica y siniestra. 

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