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jueves, 6 de febrero de 2020

Curse of Strahd - Sesión 04 (26/01/2020)

La niebla


Galah, la elfa oscura estaba siguiendo el rastro de una fruta mágica producto de un árbol endemoniado. Su investigación la había llevado a Oakhurst, un remoto pueblo insignificante, a seguir de cerca a un novato grupo de aventureros. Ellos acaban de volver hace unos días de la Sunless Citadel. Ellos debían de tener el fruto. Debía vigilarlos de cerca.
Fuera una tormenta ensordecía cualquier otro ruido o grito... El grupo gastaba en juerga algunas de las monedas de la pequeña fortuna que habían ganado. Bruno ya se encontraba desmayado al momento que un trueno interrumpe por un segundo el jolgorio. Un segundo después la puerta de la taberna se abre abruptamente. Un campesino de las granjas del este estaba herido por alguna bestia y había corrido por su vida. Pedía ayuda desesperadamente, su hijo había sido capturado por unos hombres lobos que llegaron con una espesa niebla. Muchos murieron en el ataque, pero algunos niños fueron capturados. 

Las miradas de todos en la taberna apuntaban al grupo de aventureros que aún festejaban sus anterior triunfo en la Sunless Citadel. Deciden tomar cartas en el asunto e interrogan al campesino sobre lo ocurrido y parten inmediatamente. Cada segundo cuenta. Por la siguiente hora lo único que escuchan es la lluvia y sus botas en el barro. Se acercan a las granjas atacadas, una densa niebla, que ya les llega a las rodillas, lo cubre casi todo. Intentan ser prudentes y rodear el pueblo sin saber que Galah los seguía de cerca. Ven algo moverse y adentrarse en el bosque. Inicia la persecución.
Atraviesan el bosque hasta que éste se abre abruptamente a las puertas de una muralla. Dos estatuas de caballeros con sus cabezas yaciendo a su lado los reciben.

Las Puertas de Barovia
Ante su presencia las puertas se abren como empujadas por alguna antigua magia o maldición. Atraviesan la muralla y vuelven a adentrarse en el bosque. Galah, que los sigue a la distancia, es la última en cruzar las viejas y oxidadas rejas que conforman la entrada a este misterioso reino. No se percata que al volver a adentrarse en el bosque las puertas se cierran, quizá para siempre, tras ella. 
Bosque Svalich
Avanzan por el neblinoso y retorcido bosque hasta encontrar las marcas de un húmedo camino. Continúan por él, siguiendo las marcas y huellas de los hombres lobo hasta que el hedor a muerte inunda las fosas nasales de Freydis. Siguen el rastro de olor y encuentran un cadáver al costado del camino. 


Entre las pertenencias del muerto encuentran una frágil y desgarrada nota. Logran tomarla y leerla. Es una carta de advertencia de un tal Burgomaestre Kolyan Indirovich. Al momento que terminan de leer la nota comienzan a escuchar el aullido de un lobo, uno tras otro se suman algunos más en un curo infernal.


Las bestias atacan desde las sombras, como salidos de la propia niebla. Hess recibe heridas mortales. Es entonces que Galah, aunque sea por la fuerza, decide actuar de forma visible. No puede arriesgarse a perder el rastro de la fruta mágica. El combate se volvía insostenible. Freydis se encontraba ya tirada en el suelo, Sariel se debatía entre huir o proteger a su grupo. Es entonces que Galah ve llegar un carro por el desolado camino. Un grupo de coloridos humanos desciende del vehículo y armados de arcos y flechas repelen a los lobos. 
Los Vistani
Los pintorescos viajeros se presentan como los Vistani, comunidades errantes de comerciantes y artistas. Tras dar primeros auxilios a Hess y Freydis, Sariel y Galah deciden aceptar la ayuda y acompañarlos a su campamento. Con cuidado ponen a los heridos en el interior del carro que se encuentra cubierto de tapestería y colchones de vivos colores. Avanzan por el camino hasta que el claro se abre y abandonan el camino para dirigirse al sur, hacia el río Ivlis.
Campamento de los Vistani

Se encuentran finalmente con el río y el campamento de los vistani. Allí se recuperan, escuchan algunas historias de esta peculiar gente, escuchan algo de música. Incluso intentan comerciar siendo Hess quien logra conseguir dos mapas de la región en la que se encuentran, e incluso a buen precio.
Mapa de la región comprado
Entre las historias escuchan algo sobre un mago del que nadie recuerda el nombre. Hace un año había juntado a las gentes de Barovia para revelarse contra "El Demonio Strahd". Esta rebelión terminaría con el demonio y el mago batiéndose a duelo en las cataratas y cayendo éste último al abismo. Nunca más se supo de él. Mientras los vistani siguen dejándose llevar por la música y el alcohol el grupo ingresa a la carpa de Madam Eva.

Madame Eva asegura estarlos esperando y saluda por su nombre a cada uno de los aventureros, jurando que sabe quienes son y cuáles han sido sus logros hasta el momento. La extraña mujer asegura que están atrapados y que la única forma de salir es enfrentar al demonio Strahd que gobiernas sobre estas tierras, pero necesitan ayuda. La mujer estará dispuesta a hacer una lectura de cartas para el grupo.

Eva coloca cinco cartas boca abajo sobre su mesa y las señala: "Esta carta les informa de la historia. El conocimiento del pasado les ayudará a entender mejor a su enemigo. Esta carta habla de una fuerza poderosa para el bien y la protección, un símbolo sagrado de gran esperanza. Esta es una carta de poder y fuerza. Habla de una arma de la venganza: una espada de luz solar. Esta carta arroja luz sobre uno que los ayudará en gran medida en la batalla contra la oscuridad. Su enemigo es una criatura de la oscuridad, cuyos poderes están más allá de la mortalidad".


Una a una Eva revela las cartas dando crípticas explicaciones de la lectura: Hablando de la historia y el pasado surge la carta del elementalista: el tesoro está escondido en un pequeño castillo bajo la montaña, custodiado por gigantes color ámbar. La segunda carta, el símbolo sagrado, es el soldado: suban a la torre blanca que está custodiada por caballeros de oro. La tercer carta, el arma de gran poder, es el misionero: veo un jardín cubierto de nieve, vigilado por espantapájaros de tela de saco con una sonrisa, no miren el jardín, sino al guardián. La cuarta carta, el aliado, es Inocente: ¡La novia del mal es la que buscan!. Finalmente para la quinta carta obtienen al Señor Oscuro: el demonio se esconde en las profundidades de las oscuridad, en el único lugar al cual de volver.
Por más información que intentan solicitar Eva es tajante: esa era toda la información que ella les podía brindar. El resto dependía de ellos. 
El camino hasta el momento
Deciden aprovechar la hospitalidad de los vistani y pasan la noche con ellos mientras cierran sus últimas heridas. Al día siguiente parten hacia el norte. Según los nómadas el asentamiento más cercano era el Pueblo de Barovia, no muy lejos al norte, retomando el Viejo Camino Svalich. 

El sol parece nunca terminar de iluminar por completo las lúgubres tierras de este valle. El grupo atraviesa las planicies cuando se dan cuenta que están siendo seguido por una parva de cuervos. Freydis utiliza su conexión mágica con la naturaleza e intenta hablarles. Los cuervos sólo hablan de protección y parecen escoltar al grupo hasta el Pueblo de Barovia.

El Pueblo de Barovia
El pueblo de Barovia parece incluso más desolador que el resto de los bosques oscuros. La poca gente que hay en las fangosas calles se dedica a sus asuntos e incluso evita la mirada de los recién llegados. Aún con sus ropas mojadas y embarradas resaltan más que las apagadas vestimentas de los locales.
Barovianos
Aún algo desorientados saben que el mejor lugar para empezar a conocer un pueblo y sus gentes es la taberna. Así llegan a la pequeña plaza principal e ingresan a "Blood of the Vine Tavern". En el lugar se encuentra el tabernero Arik Lorensk, parece perdido en sus pensamientos mientras limpia copas. Tres vistani comparten una mesa en un rincón de la taberna y por último un hombre solitario en la barra. Es éste último a quién le llama la atención el grupo.
Ismark the Lesser
El hombre se ofrece a pagar una copa de vino a cada uno a cambio de algo de su tiempo. Se presenta como Ismark, hijo del Burgomaestre Kolyan Indirovich. Asegura que este pueblo no es seguro para su hermana Ireena y solicita al grupo algo de ayuda para escoltarla hasta la ciudad amurallada de Vallaki, dónde supuestamente estarían más seguros. El grupo reconoce el nombre de Kolyan y aceptan acercarse a ayudar. Pero primero debían obtener más información en el pueblo.
Al salir de la taberna, en una casa cercana escuchan sollozos por lo que deciden acercarse a investigar. Encuentran el origen de los llantos. Una casa de dos plantas taponada. Galah logra encontrar un acceso secundario en un callejón y el grupo obtiene acceso.
Mary la loca
En el primer piso encuentran a una mujer aferrada a una muñeca deforme. Tras mostrar algo de compasión y signos de querer ayudar la mujer murmura tartamudeando que su hija Gertruda había desaparecido, teme lo peor. La había mantenido encerrada para protegerla... y ahora ya no estaba. Aunque con muchas dudas, prometen buscar a la hija de Mary. Más tarde descubrirían que esta mujer era la loca del pueblo.
El pueblo de Barovia
La tarde avanzaba y se dirigen hacía el templo del pueblo buscando algún ápice de esperanza en este lugar olvidado por la luz del sol. El lugar se encontraba en casi en ruinas. Abren las pesadas puertas e ingresan al lugar.

Templo de Barovia
Desde que ingresan se escuchan las plegarias de una figura encorvada y solitaria al otro extremo. Curvado sobre un altar el Padre Donavich recita oraciones que parecen llegar a oídos sordos mientras un sinfín de velas luchan inútilmente contra la oscuridad. 

Rápidamente se dan cuenta que el Padre, fiel seguidor de una deidad llamada The Morninglord, esconde un secreto. Mientras hacen preguntas sobre unos libros religiosos encontrados en la iglesia escuchan gritos. "Padre tengo hambre, necesito comer". Se escucha un grito ensordecido desde el subsuelo. El grupo debe forzar a Donavich para que hable. Al parecer, su hijo Doru había participado de la revuelta del mago un año atrás y había vuelto convertido en un engendro que Strahd envía para atormentarlo. Desd entonces ha mantenido encerrado a su hijo en el sótano. 
El Padre Donavich y su hijo Doru
Por la razón y la fuerza el padre se ve forzado a mantenerse a un lado mientras el grupo se prepara para purgar al engendro. Hasta dónde sabían no era posible recuperar a un vampiro. La desesperación de Doru se manifiesta con sus gritos al oler la sangre que se acerca a la puerta trampa que los separaba de Doru. Convencen al engendro de hablar a cambio de comida y el joven repite la historia de su padre. Ya no había otra cosa que hacer. Se preparan. Hess fuerza la trampilla, Galah lanza un jarro de aceite sobre Doru que Sariel rápidamente enciende con su hechizo de flamas al tiempo que Freydis lo atraviesa con una flecha. Incluso Donavich participa, aunque sin dañar directamente a su hijo, bendice al grupo con los poderes del Morninglord. Finalmente Doru no puede resistirse al fuego radiante de Hess. Donavich se quiebra al ver a su hijo desvanecerse como polvo que se lo lleva el viento. El grupo explora el cementerio dejando atrás al sacerdote.
Desde el cementerio hay una mejor vista del Castillo Ravenloft
Antes de volver a ver a Ismark deciden visitar al mercader Bildrath. Por lo excesivo de los precios deciden no comprar nada y su visita sólo sirve para descubrir que en el pueblo se burlaban de Ismark llamándolo "Ismark the lesser", ya que nunca sería ni una pizca de lo que fuese su padre.
Ireena Indirovich
Finalmente se acercan a la casa Indirovich. Parece haber sido asediada por bestias y nadie se acerca a la propiedad. Cautelosos avanzan hasta la entrada para ser recibidos por Ismark y su hermana Ireena. El olor a muerto es fuerte. El burgomaestre Kolyan Indirovich yace muerto en un improvisado ataúd rodeado de flores. Las bestias de Strahd han estado atacando constantemente la propiedad por la noche durante semanas, el corazón de Kolyan no lo pudo soportar y sufrió un ataque tres días atrás, desde entonces cesaron los ataques. Ismark quiere llevar a Ireena a un lugar seguro, pero ella no se irá hasta darle un entierro digno a su padre. Nadie en el pueblo se atreve a ayudar a Ismark a cargar el cuerpo de Kolyan hasta el cementerio. Ireena sabe que no es hija biológica de Kolyan, que fue encontrada en el bosque, aún así le brinda el respeto que tendría por su propio padre.


Acceden a ayudar y junto a Ismark cargan el ataúd hasta el cementerio dónde el Padre Donavich, algo repuesto por la pérdida de su hijo, da entierro digno al Burgomaestre. Se acerca la noche y deciden descansar en la iglesia antes de partir en la mañana. Es allí que pueden ver, a través de los ventanales de la iglesia, y la explicación de Donavich, las almas de los aventureros muertos en Barovia marchar desde el cementerio hacia, posiblemente, el castillo de Strahd.


Antes de partir en la mañana Donavich les recomienda llevar a Ireena a la Abadia de Saint Markovia. Allí debería estar a salvo. Estando Vallaki de paso su rumbo no cambiaría. Mientras Ireena e Ismakr preparan todo para partir y toman las últimas pertenencias de su hogar el grupo se encuentra con una extraña señora vendiendo pastelitos de los sueños golpeando puerta por puerta. La señora vivía con sus hijas cerca de Vallaki y había llegado al Pueblo de Bariovia sola y empujando el carrito. Eso hace al grupo sospechar bastante. De todas formas compran algún pastelito pero deciden no probarlos aún.


Cuando los hermanos Indirovich se encuentran listos están en condiciones de abandonar el pueblo de Barovia y partir a Vallaki.



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