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lunes, 8 de enero de 2018

Camino a Urik - Sesión 12 (06/01/18)

Muerte

Las tropas enfrentan a los Giths
Tras un par de horas de exploración la presión y el sol de Athas comienza a hacer efecto en los corazones de la improvisada patrulla. Algunos aprovechan para escapar y los dos semigigantes riñen y uno muere como consecuencia. 
En una pequeña gruta el grupo comienza a percibir movimiento en las salientes superiores. Uno de los ciudadanos que había encontrado el rastro en primer lugar intenta huir ante la desesperación pero es retenido por Hukaa y Coconan. Mientras los enanos, en la retaguardia, divisan fuerzas enemigas. No era una patrulla de Urik, eran incursores gith, una raza de voraces mutantes deformes en busca de su próxima comida o botín.

Armadura de escama de inix y hachas de piedra son el equipo de las bestias
El combate se vuelve largo y desgastante. Coconan sufre grandes heridas, Alkrom parece más imprudente, haciendo jugadas más arriesgadas, confiado en que los espíritus de la tierra tiran de sus hilos, Hukaa utiliza todos sus trucos que aún tenía guardados, vuelan relámpagos y muchos giths arden y Kivi llama a los espirítus de la tierra en forma de enjambre de baazrags para ayudar. 

Baazrag a los pies de Kivi
La batalla hubiese sido sencilla, pero los poderes psiónicos del líder Gith eran grandes. Utilizando el sendero manda a volar por los aires a Kivi, Alkrom, Hukaa y los baazrag. Huka se las arregla con sus propias habilidades de Voluntad para salvarse. Alkrom utiliza su magia para fundirse con la tierra evitando un impacto, pero el enjambre es aniquilado por la caida y Kivi sufre un gran daño.

Líder Gith
Haciendo uso de todos sus recursos y con sus objetivos bien en claro logran aniquilar a casi todos los giths, menos a un par que huyen. Por desgracias todo el grupo de exploración había perecido para entonces. En el cuerpo del líder encuentran una extraña llave y deciden que si han perdido a tantos soldados, por lo menos valdría la pena intentar encontrar el tesoro que podría haber tras la puerta que abra esta llave. 
Tras unos kilómetros de exploración por las tierras yermas encuentran, en una formación rocosa, el final del rastro de huellas. Un pequeño y mal oliente complejo de cuevas lleno de restos y carcasas de animales es la única recepción que tienen. No encuentran nada que abrir con la llave, pero si una extraña armadura que Coconan identifica con sus poderes innatos: una armadura del caos que empezara a vestir Kivi, arriesgándose a lo que le pueda pasar. En ese momento decide intentar identificar la llave, quizá fuese mágica. Y así lo era. Esta tiene una pequeña chance de abrir cualquier cerradura.

Nueva armadura de Kivi
Con el pequeño botín vuelven a alcanzar al ejercito de Tyr dónde Coconan recibe los reproches de Rikus por haber perdido tantos hombres sólo por "un par de Giths". Esa misma noche Alkrom llama la atención de las tropas de Coconan: los espíritus de la tierra los acompañan, ellos saldrán victoriosos. Los vítores y aplausos no tardan en llegar. De a poco el grupo comienza a tener renombre.
Cansados y heridos aprovechan la noche para descansar, o intentarlo.
En el medio de la noche el ejército es atacado por medio centenar de incursores elfos armados con grandes cantidades de veneno altamente ponzoñoso. 
Elfo incursor
El ruido de batalla inunda el campamento. En una jugada arriesgada Coconan suelta su espada para arrebatarle la lanza a un elfo y aprovechar su veneno. Por desgracia uno de los rapidísimos elfos toma el arma y huye. La frustración inunda el corazón del gladiador mientras terminan de aniquilar a los elfos restantes. Las bajas serían muchas.
Pero mientras Coconan se desquitaba matando elfos con una de sus lanzas, en el camino del ladrón se cruza un nuevo pero fiel amigo del guerrero: El Rápido Wenzer, que aunque aún herido por aniquilar el mismo algunos elfos consigue recuperar el arma de su amigo.

Wenzer 
Alkrom se ocupa de cuidar a los heridos esa noche. La mañana siguiente Coconan recibe el informe de bajas. Casi medio centenar, incluidos todos los templarios. "Una desgracia con suerte" piensa el gladiador  no tener que volver a soportar al narciso de Girias.


Otro día de marcha bajo el sol carmesí, ya ha pasado más de una semana desde que dejaron atrás el camino del comercio en Tyr. Rikus pone más presión sobre Coconan, para esta altura "ya deberían tener una pista sobre el ejercito urikita". El líder gladiador ama un nuevo grupo de exploración junto a sus fieles "amigos" y se adelantan.

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