Como primer punto seguro se dirigen a la taberna Blue Water Inn. Allí Urwin los recibe como amigos de la familia y comparten una bebida espirituosa. Mencionan el supuesto incidente de hace diez años, cuando se perdió la gema por la que Davián aún no perdonaba a Urwin y este admite haber mentido. Fue atacado por hombres lobo y por miedo a que sus compañeros o familia intenten recurar la gema y morir prefirió cargar con la vergüenza para salvaguardar a los suyos. El grupo decide hacerse cargo, buscarán la gema y mantendrán el secreto de Urwin. Además ponen al tanto a Wen sobre la propaganda del Barón Vargas Vallikovich y como recuperaron los huesos de la Andral, que según el padre Petrovich protegían a la iglesia del Señor del Alba de los ataques del demonio Strahd. Recordando que una tal Lady Watcher los había invitado a cenar preguntan al Martikov sobre la mujer recibiendo quejas sobre la avaricia de la noble. De todas formas deciden ver qué tiene que decir la mujer y cuando atraviesan la salida de la taberna encuentran una carta sellada para ellos.
Invitación de Strahd |
La firma los perturba y los inquieta de sobremanera pero postergan la preocupación y se dirigen a la mansión Watcher. Allí los recibe un sirviente que los lleva hasta la mujer en una gran mesa preparada para un festín sólo para ellos. La mujer es franca quiere utilizar al grupo para derrocar al burgomaestre y no oculta serle leal a la familia Zarovich a la cual pertenece Strahd. Les indica que el primero que debería caer es Izek. Es la fuerza que, a través del miedo, mantiene en su puesto al Barón. Los siguientes pasos del plan serían revelados luego. Perturbados por la apertura sobre la fidelidad a Strahd escuchan mientras intercambian miradas y una vez terminado el almuerzo van a visitar la tienda de juguetes de Blinsky, dónde se supone frecuenta Izek.
El negocio de Blinsky es tan tétrico como los juguetes allí expuestos. Sin embargo el dueño del lugar parece entusiasta y crédulo de la propaganda del burgomaestre. Creencia que lo mantiene motivado a seguir fabricando sus juguetes.
Gadof Blinsky |
Tienen una larga charla con el juguetero sobre su mono Piccolo y cómo Rictavio, que fuese su único cliente en el último tiempo, se lo regaló. Descubren que Izek había hecho un encargo por una muñeca muy parecida a Ireena y que mes a mes volvía con una descripción más concisa sobre la muñeca que deseaba. Esto extraña mucho al grupo que no se imagina a alguien como Izek con una muñeca. Además Blinsky comenta que el burgomaestre está conforme con su aporte a la felicidad de los niños de Vallaki por lo que lo ayuda a mantener el negocio comprando juguetes para los niños del pueblo. Freydis no pierde oportunidad y utiliza su hechizo par hablar con Piccolo que confirma todo lo dicho por Gadof. Además Hess, sospechando del juguetero los intenta distraer para que Sariel detecte la presencia de magia en el lugar, pero mientras el clérigo contempla el taller como excusa Sariel no logra encontrar nada. Aún curioso Hess compra algunas baratijas.
Algunos juguetes de Blinsky |
Por último Blinsky les confiesa que admira a un tal Fritz von Weerg quien fuese un maestro juguetero. Supuestamente su obra maestra se encontraba en el castillo Ravenloft, Si podían recuperarla para él sería estupendo. Se despiden del juguetero en busca de Izek, por lo que saben últimamente ha estado patruyando más de lo habitual pero al dar con él, aunque se a lo lejos, se replantean enfrentarlo. ¿Por qué lo harían realmente? ¿Con qué objeto? ¿A la vista de toda la ciudad? Deciden que lo mejor es escuchar lo que Vargas tiene para decir.
Barón Vargas Vallakovich |
Vuelven a dirigirse a la casa del Barón, pero esta vez golpean la puerta principal en vez de colarse por la cocina. O por lo menos eso hacen Sariel, Hess y Wen mientras Freydis y Galah exploran los alrededores de la mansión. Son recibidos por Vargas en la biblioteca junto a sus dos fieles perros mastines. El Barón es un tipo soberbio, convencido de que el pueblo feliz repele al demonio Strahd. Teme por la influencia que Lady Watcher ha empezado a tener sobre el pueblo desde que empezó su club de lectura. Además confiesa que la lealtad de Izek es debido a que cuando su padre murió y el niño perdió un brazo sólo él lo ayudó y le dio techo.
Con esta información tienen un mejor panorama de la lucha política en Vallaki, aunque eso sólo trae más dudas morales.
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