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lunes, 23 de noviembre de 2020

La Mina Perdida de Phandelver - Sesión 04 (23/11/20)

Phandalin y la Marca Roja

Toblen Stonehill
Finalmente llegamos a Colina de Piedra, una posada decente y tranquila. Nos recibe Toblen Stonehill, el posadero y dueño del lugar. Nos ofrecen pollo a la cerveza que devoramos mientras conversamos con él.

Colina de Piedra
La conversación rápidamente vira hacía la Marca Roja. Le aseguro al posadero que les daremos una paliza. Parece reconfortarse, pero rápidamente reniega de que el burgomaestre Harbin Wester no quiere hacerse cargo. A lo que también respondo que tenemos el arma para enfrentarse a eso: nuestro buen amigo Ferghus. Él puede convencer a cualquiera con sus palabras pomposas. Galahrin recuerda haber escuchado que la Marca Roja es liderada por un mago llamado Vara de Cristal. También tenemos como contrarrestar eso. Erevan. A medida que avanza la cena notamos que todos nos observan, pero le restamos importancia. Phandalin parece tranquilo y un grupo de aventureros ensangrentados debería llamar la atención. Incluso la atención de Pip, el pequeño hijo de Toblen y nos dice que Doran Edermath es también un aventurero. Galahrin retoma la charla, diciendo que busca a Qelline por lo que Toblen le indica en nuestro mapa dónde queda su finca.
Harbeck recibe la jarra más grande
Al amanecer del siguiente día tenemos una amena conversación con Trilena, la esposa de Toblen, que nos da más detalles sobre el desgraciado final de el ebanista muerto, Thel Dendrar. Pip interrumpe diciendo que Carp, el hijo de Qelline ha encontrado el escondite de la Marca Roja aunque Trilena le resta importancia diciendo que son cosas de niños.
Decidimos darle una visita al burgomaestre que resultó ser sólo un gordo desalineado. Decimos venir por la recompensa que promocionan con un cartel bastante desprolijo en la puerta. Minimiza el tema de la Marca Roja e insiste con lo de los orcos. ¡Que bien me vendría aplastar un par de cráneos orcos! Pero no es el momento. Esta gente necesita ayuda de verdad. Me pierdo un poco en mis pensamientos hasta que golpean la puerta otra vez. Es Sildar. El burgomaestre continúa su discurso. Según él, su explorador le informó que los orcos estaban bandalizanado a los comerciantes hacia el este y pronto caerían sobre el poblado. Conseguimos un adelanto de dinero para equipo por liquidar al líder orco y nos vamos. Galahrin sale luego de un rato. El bastardo se había escondido y escuchó la charla de Sildar que simplemente manifiesta su preocupación por la desaparición de Iarno, su colega.


Vamos a investigar la casa del ebanista y el lugar parece la escena de una carnicería aunque no sacamos mucha información en limpio así que decidimos ir a lo de Qelline. 
Galahrin nos pide esperar lejos mientras él avanza y golpea la puerta. Vemos que abraza a una halfling y luego nos hace señas. Entramos en la casa. A Hessen, Ferghus y Erevan les cuesta un poco entrar.


Qelline resulta ser una amable halfling y ¡la tía de Galahrin! Pero eso no es todo. Galahrin había vivido en Phandalin y ¡había sido miembro de la Marca Roja! ¡El muy bastardo, sabía que ocultaba algo! La situación se pone muy muy tensa y Hessen desenfunda su espada apuntando al halfling exigiendo explicaciones. Luego de unas dudosas justificaciones confiamos en que Galahrin sólo era un ladronzuelo de poca monta antes de que la Marca Roja se convirtiese en la organización nefasta que era hoy y que decidió retirarse antes de cometer actos realmente terribles, por eso habría escapado. Sólo se sale muerto.

Qelline se tranquiliza cuando bajamos las armas y nos recomienda ir a ver al druida de las ruinas del Árbol del Trueno. Según ella el druida era viejísimo y había recorrido toda la costa de la espada. Carp, el primo de Galahrin nos indica dónde vio salir a los Marca Roja y dice que lo han visto, por lo que Galahrin se muestra muy preocupado por su familia. Vamos inmediatamente a la entrada secreta. 
La encontramos cubierta justo dónde Carp nos informó. Corremos las ramas y plantas que tapan la entrada y avanzo primero por un túnel que termina en una enorme caverna cruzada por una igualmente gran grieta. Dos puentes conectan ambos lados de la fisura. Damos unos pasos prudentemente y una voz comienza a hablar en mi cabeza, luego en la de Ferghus y Hessen. La voz parece la de un loco desquiciado. Insiste en que le llevemos alimento. No pienso negociar con algo tan siniestro. Seguimos avanzando lentamente, cuidando todos los flancos hasta que la bestia horrorosa de un solo ojo emerge de la grieta.
Hessen y Galahrin reaccionan rápidamente disparando contra la bestia que, distraída por los disparos, no me ve venir por detrás. La tomo por sorpresa y gloriosa y heroicamente la apreso saltando al vacío. Caemos con todo nuestro peso sobre el monstruo al fondo de la maloliente grieta. La horrible bestia se reincorpora e intenta alcanzarme con sus nefastas garras, pero mi escudo es imbatible.

Al ver mis increíbles dotes marciales intenta alejarse pero conecto un poderoso mazazo en su cabeza haciendo que apenas se arrastre. Ferghus salta desde arriba de la grieta para asistirme. Erevan entra en acción lanzando una lluvia de proyectiles mágicos, Hessen y Galahrin aciertan más flechazos y es ahí cuando finalmente la bestia muere y ese asqueroso zumbido se va de mi cabeza.
Inspeccionamos la grieta y encontramos un cuerpo reciente. Por los restos de aserrín que lleva asumimos que son los restos del ebanista, Galahrin lo confirma ¡ojalá su familia esté bien! Encuentro un cofre alargado entre toda la porquería. Además de algo de oro encontramos una hermosa espada que según Erevan es mágica, incluso unas pociones y un valioso pergamino mágico. En el filo de la espada se lee la leyenda "Garra" y tiene la forma del pomo con detalles como de un halcón con las alas abiertas. De fina confección sin dudas. Al salir de la grieta Ferghus encuentra un almacén secreto del que tomamos capas rojas. Esperamos que nos sean de ayuda para algún artilugio. 
La siguiente puerta se abre y nos pone frente a tres esqueletos guardianes. Mis reflejos son impecables e inmediatamente presento mi símbolo sagrado de Marthammor Duin. De todas maneras, por alguna razón, quizá las capas que portamos, no parecen agresivos. Revisamos las tumbas y continuamos explorando. Al abrir la siguiente puerta encontramos una pequeña prisión y Ferghus recibe un violento cadenazo en el rostro. No puedo llegar a hacer mucho en el combate pero mis compañeros se encargan de los dos primeros Marca Roja que encontramos sin problemas. Liberamos a Mirna Dendrar, la viuda del ebanista y sus dos hijos. Al parecer la mujer es del Árbol del Trueno y reconoce a Hessen aunque este se muestra incómodo con esto. Nos informa también que aunque no tiene como pagarnos en agradecimiento nos indica que en las ruinas de ese poblado, en la casa del alquimista, hay un cofre con contenido que podríamos tomar si vamos allí. Un collar de esmeraldas. Les traemos capas rojas y los ayudamos a huir.

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