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domingo, 23 de octubre de 2022

Exandria - Sesión 12 (22/10/2022)

 Radomer, la ciudad hundida

¿22 de Fessuran de 836 Post Divergencia?

Las criaturas sombrías avanzan al frente de la carreta, el sueño inducido en Darastrix se quiebra y lo hace levantarse exaltado sólo para cruzar miradas con una de las monstruosidades pudiendo ver en lo más profundo de la existencia de los seres. El shock psicológico es terrible y el kobold se desmaya. She-ra es despertada por Paighon que intenta traer su fuerza de tiro al combate. Nyzel acierta un rayo mágico en una de las bestias y se repliega hacia atrás en el camino.

Ray of Sickness
Frederick avanza al frente de la carreta a enfrentarse pero las heridas internas del último combate le impiden levantar su espada. She-ra invoca el poder de su matrona para curar al kobold, pero el shock de la terrible visión hizo que su consciencia se replegara a lo más profundo de su psiquis dejándolo en un estado casi vegetal. Una de las bestias sombrías de la noche abre su enorme boca que le ocupa todo el torso para intentar engullir a Frederick, pero desde el fondo de la carreta una de las manos de Paighon se deforma, estira y aparece una réplica de la misma flotando al lado del enemigo tomando y frenando el intento de mordida sobre Frederick. La otra bestia intenta el mismo ataque, pero la intoxicación por el conjuro de Nyzel lo entorpece. 
Night's Grim
Nyzel y Paighon, que han retrocedido, lanzan conjuros a los enemigos. Frederick logra reponerse al dolor y conectar un espadazo al monstruo frente a él, acto seguido las bestias se separan y avanzan cada una contra cada lanzador de conjuros. Ambos conjuradores quedan apresados dentro del torso de los monstruos. Ambos intentan utilizar distintos conjutos para liberarse, pero sólo Paighon, lanzando un susurro mágico terrorífico repele al monstruo. Frederick corre a ayudar a Nyzel mientras She-ra se mantiene disparando desde la carreta y Axel se mantiene protegiendo a Darastrix. 
La mano transformada de Paighon
Paighon vuelve a utilizar su conjuro para que la réplica espectral de su mano evite esta vez que los dientes del monstruo que apresaba a Nyzel se hinquen en cuerpo. Luego el mago hace temblar la tierra a su alrededor para liberarse tumbando al enemigo y a Frederick en el proceso. El guerrero no pierde tiempo, se levanta y golpea al monstruo en el suelo con su espada, un instante después el monstruo es finiquitado con un conjuro mortal de Nyzel.  Mientras tanto, el monstruo restante volvía a engullir a Paighon y luego le atraviesa su filosas garras dejándolo al borde de la muerte. 
Nyzel lanza su Toque de la Muerte
Nyzel vuele a utilizar su magia, esta vez con un látigo relampageante para separar al monstruo de Paighon, sólo para ver a su compañero inconsciente y al borde de la muerte. She-ra da el flechazo final. y Nyzel corre a aplicar primero auxilios en el hechicero. Cargan a Paighon en la carreta y continúan viaje. Darastrix recupera la consciencia a los pocos minutos y más tarde lo hace Paighon. Durante ese ínterin Nyzel y Frederick notan que están siendo escoltados. A ambos lados del camino notan movimiento de cosas o seres que se desplazan a la par de ellos cubiertos por la vegetación y la niebla.

Ya entrada la noche llegan a una bifurcación. El camino continúa hacia el este y se abre un desvío, que parece abandonado y poco usado, hacia el sur, hacia donde deberían estar las ruinas de Radomer. Siendo ya algo tarde deciden acampar y Frederick se interna en la espesura a buscar leña para calentarse durante la noche. Allí se cruza de frente con una de las figuras que luego deduciría los venía siguiendo. Un enano de piel blancuzca, casi grisácea y reseca, barba desalineada y un taparrabos, además de varias heridas mal cicatrizadas y algunos miembros mutilados. Aunque al principio algo a la defensiva, Frederick logra entablar una charla con el enano y luego dos más que se hacen presentes. Los enanos se mostraban muy preocupados por haber visto al grupo pelear y sangrar sobre el suelo. Insisten en que sangran sobre la tierra atrae a alguien llamado el "perro asesino" según ellos. 
Enano Urthar

De los enanos, Frederick saca algo de información sobre un río cercano. Si sangran sobre el agua no atraerán al "perro", si se adentran al bosque al oeste podrían conseguir unos frutos blancos que evitarían que sus heridas sangren si son consumidos antes del combate. Los enanos explican que ellos, llamados Urthar, los consumen hace generaciones y sus cuerpos ya han sido modificados por la fruta por lo tanto no sangran. Ante la preocupación y justo cuando Nyzel llega preocupado por la tardanza de Frederick, el guerrero recibe un racimo de cortesía de los enanos, prefieren ceder algo de alimento a dejar que unos extraños sigan vertiendo sangre en sus tierras. 
Campamento al costado del camino
Al volver a la fogata Frederick comenta lo sucedido y She-ra reconoce el regalo de los enanos como frutos del luto, una fruta sagrada en su fe. Al consumirlas sus heridas no verterán sangre por un tiempo, pero también será más difícil que sanen. 
Durante su guardia, Nyzel ve un par de ojos rojos brillantes en el bosque, del otro lado del camino. La visión dura sólo unos segundos y al inspeccionar la zona sólo ve un par de gotas de sangre seca en el suelo. Cuando vuelve a despertar a Frederick para su guardia nota que Paighon está teniendo pesadillas, no le da importancia y el guerrero toma su guardia que pasa sin inconvenientes. Luego Paighon toma la posta, despertando algo exaltado, tal así que dispara un proyectil de fuego al aire por sus visiones. Durante su guardia escucha maullidos y decide investigar, aún sin reponerse de las heridas del último combate. Se acerca a investigar y un enjambre de felinos salta a atacarlo al tiempo que Axel se altera por la presencia de más animales y comienza a ladrar despertando a los demás. 
Cats of Ulthar
Nyzel desciende de la carreta mientras se lanza su protección mágica, Frederick corre a golpear con su espada y rápidamente es víctima de un pánico antinatural a los felinos. Nyzel lanza un cuchillo de hielo que hiere a varios animales al estallar en una onda de frío mientras Darastrix corre a aplicar primeros auxilios a Paighon para luego comenzar a liquidar gatos con su estoque. Frederick, aún invadido por el miedo logra seguir conectando espadazos. Los últimos animales son repelidos por un rayo mágico de Nyzel.
Ojos rojos en la noche
Pasada la noche continúan camino hacia el sur. Nyzel y Frederick se adelantan y avanzan en paralelo por el bosque buscando más frutos de luto. Mientras Darastrix conducía la carreta y She-ra se mantenía absorta en sus pensamientos Paighon logra ver que eran seguidos por un ser de ojos rojos brillantes que avanzaba por el camino caminando a una velocidad inhumana y cargando una espada de filo rojo. El hechicero comienza a llamar a sus compañeros alertándolos. She-ra se yergue y queda paralizada al ver al sujeto de ojos rojos. Finalmente el sujeto alcanza la carreta y de un brinco sube. Paighon ve su espada que no parece sólida y hasta gotea. Lo ve clavar el filo en uno de los huevos de dragón. Al retirar la espada ve el filo más corto y lo clava en otro huevo. Se repite la escena y al retirar la espada del tercer huevo ya sólo le queda el mango sin filo. Acto seguido se deja caer de la carreta y desaparece de la vista de todos al llegar Frederick y Nyzel desde el bosque. Paighon trata de explicar lo sucedido, dudando de la veracidad de lo que sus ojos le mostraron. Los huevos no parecen rotos o perturbados. She-ra, mirando al piso y aún en shock susurra que lo narrado por Paighon es verídico. 

Espada de Sangre

Nyzel busca rastros y encuentra que en el camino hay una seguidilla de gotas de sangre. Como si la espada que describió Paighon haya estado goteando mientras el sujeto los seguía. Debaten y teorizan sobre lo sucedido, pero no frenan la marcha, sólo deciden no separarse. 

Luego de un rato alcanzan una sección de camino que ha sido inundada por el río paralelo que de a poco se acercaba a este hasta llegar a cubrirlo. Nyzel baja de la carreta e inspecciona notando que hacia delante el camino podría transitarse sin riesgo a ahogarse, pero la carreta quedaría trabada en el barro. Es entonces que a Frederick se le ocurre, tras debatir bastante, utilizar el conjuro de levitar de Paighon en la carreta y tirar de ella desde el caballo de She-ra. Así logran evitar el atasco y llegar a la ciudad inundad de Radomer. 
Ruinas de Radomer
Previendo que el conjuro de Paighon estaba por terminar llevan la carreta flotadora hasta un tramo de muralla que aún se mantiene en pie y no fue arrasada por la subida del agua. Allí Nyzel utiliza su magia para moldear la tierra y hacer un espacio seguro para "estacionar" la carreta. Paighon les recuerda que, según la lectura de cartas, allí deberían encontrar información que les ayude a enfrentarse al mal que les prohíbe volver a su hogar. Le piden a She-ra que convoque al animal acuático que había utilizado en el lago cuando buscaban al druida dracónico y de a uno avanzan hasta la construcción más prominente que sobresale del agua. Una torre de varios pisos. Frederick, Nyzel y Paighon ingresan de a uno por una ventana a un piso algo inseguro por la humedad. Frederick intenta subir al piso superior pero los escalones avejentados de madera se quiebran ante su peso. Así que Paighon es el primero en subir. En el piso de arriba mientras Nyzel realiza un ritual mágico.

En el piso superior se encuentra con una mujer con un vestido blanco al borde de la transparencia. La mujer parece muy compenetrada manejando un telar. La visión le genera escalofríos y muchas dudas a Paighon que baja para comentar lo visto a sus compañeros convencido de haber visto un fantasma. Nyzel sube al tiempo que moldea algunas piedras de la pared para que Frederick pueda subir. Al llegar arriba habla con la mujer que responde de forma muy suave y algo sorprendida. Al parecer se encontraba tejiendo un vestido de novia para casarse con un tal "Marcus", alguien muy importante en la zona. Todo esto resultaba poco creíble, pero Nyzel le sigue el juego buscando más información. Además detecta magia, gracias a su ritual, emanando de la mujer que se presenta como Rodia. Al consultar por una biblioteca o fuente de información en la zona Rodia se acerca al enano y poniendo suavemente sus manos en el rostro del mago realiza una rápida transformación y su rostro cambia al de un ser horrible con pelos como algas y facciones monstruosas. La visión aterra el corazón de Nyzel.
El verdadero rostro de Rodia

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