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lunes, 6 de abril de 2020

Curse of Strahd - Sesión 12 (05/04/2020)

El Abad

Con el pomo del arma en su poder emprender la retirada. Directo al hogar del Barón Dmitri Krezkov. Allí son recibidos por él y su esposa Anna Krezkova. Aprovechan la oportunidad para tomar un descanso y servirse de un té que Anna les prepara. Al pasar lo minutos Dmitri comienza a mostrarse más en confianza y algo avergonzado por haberles negado el acceso en primera instancia e incluso les pide ayuda para conseguir un vestido para el Abad. Aparentemente aquel hombre le habría ofrecido a cambio de un vestido de novia resucitar a Ilya, el cuarto hijo de la pareja Krezkov. Al parecer todos habían muerto de extrañas enfermedades y según el Abad el Señor del Alba no quería que la línea de sangre se corte, pero para ayudar al Barón requería un vestido. No dio más explicaciones. Ese era el mayor problema, además, allí también estaban retrasados los encargos de vino. 
Acceden a ayudar y pasan la noche en la habitación de los difuntos hijos, antes de conciliar el sueño debaten sobre el vestido y las implicancias o relaciones que podría tener con Strahd cuando su charla se ve interrumpida por el sonido de las campas seguido por gritos y risas histéricas.
Vista de la Abadía
Tras dejar a los hermanos Kolyana en lo del Barón vuelven a la Abadía. Allí vuelven a hablar con el Abad inquietos por lo del vestido. El religioso repite que Vasilka es la salvación de estas tierras. Si logra enamorar al demonio Strahd de esta mujer y casarla se acabaría la maldición que recae en el Valle de Barovia pues la maldición de Strahd era no poder encontrar el amor. Extrañados aún por esta información piden permiso para pasear por la abadía y se dirigen al jardín. Allí buscan más indicios de la lectura de la carta de Madam Eva mientras Sariel se enfoca en identificar las propiedades mágicas del puño de espada encontrado. 
Sunsword
Al parecer la espada transmitía venganza a quién la sujete por poseer voluntad propia y ese deseo se debía a que su filo original había sido destruido o perdido en los anales del tiempo, sin embargo había desarrollado el poder de manifestar un filo de luz radiante que destronaría la esencia de los no muertos. Como grupo deciden que lo más útil sería que Galah forme un vínculo con el arma y sea su portadora. Durante ese proceso Freydis vuelve a intentar hablar con Mishka, pero tras varios intentos de razonas acepta que la mujer simplemente está afectada mentalmente y la razón no es le mejor modo de comunicarse con ella. Frustrada Freydis se reúne con el resto del equipo y explorar el ala opuesta al comedor dónde encontraron al Abad realizando sus rezos de la mañana. 
Ni bien la exploradora se adentra en el pasillo interno de este edificio un guardián de dos metros y medio de alto corre a embestirla y se desata el combate. La bestia parecía un "humano" o por lo menos uno hecho de trozos de distintos individuos. Las flechas de Freydis resultan inútiles contra la magia que protege a la bestia por lo que se dedica a tomar de la cintura al monstruo evitando que golpee a sus aliados que se dedicaban a lanzar ataques mágicos. El combate termina con un poderoso disparo radiante de Hess que desintegra la mitad del monstruo.

A lo largo del pasillo descubren un montón de salas atestadas de extrañas criaturas que parecen humanos encorvados pero bajo sus túnicas se dejan ver partes de animales. Pinzas en vez de manos, pesuñas en vez de pies, escamas de reptil, etc. Estas criaturas parecen inteligentes aunque se les ha negado aprendizaje social e higiene básica. Viven unos sobre otros sobre su propia porquería esperando sólo el sonido de la campana para que un tal Covlin les traiga alimento. Logran ganarse la confianza de algunos al cederles algunas raciones de alimentos. Galah incluso intercambia su muñeco de trapo de Blinsky y un pastelito de las brujas por una fina estatuilla de oro. En otra sala Sariel identifica un cántico arcano sin sentido y al preguntar sobre eso las criaturas admiten estar lanzando un hechizo para que suene la campana y así recibir más alimento. Obvio el hechizo nunca funcionaría. Deciden no liberar ni perturbar más a las criaturas por las dudas y suben al primer piso. Allí Freydis y Sariel se separan del resto del grupo mientras Galah y Hess investigan los maniquíes que simulaban ser guardias en la lejanía sin encontrar nada más que equipo inútil que mantiene la charada. 
Ezmerelda oculta la prótesis de su pie
Hess y Galah se encuentran a una vistana muy particular de nombre Ezmerelda. Admite estar en búsqueda de su mentor, el famoso cazador de vampiros Rudolph van Richten. Al enterarse que él había venido a Barovia a enfrentarse al más poderoso de los vampiros ella había intentado seguirlo. Desconfía del Abad pero sabe que intentará entregar a la novia al demonio por lo que espera paciente en la abadía para enfrentarlo. Tras medir el temple de los aventureros, Ezmerelda decide acompañarlos mientras recorren la abadía, es en ese momento que escuchen el grito de Freydis. En la sala vecina se había desatado el combate.
Sombra al ataque
Cuando llegan a la oscura sala se encuentran a Freydis sola enfrentándose a media docena de sombras corrompidas. Sariel y Ezmerelda lanzan hechizos mientras Galah avanza estrenando su espada de luz radiante. Freydis se defiende como puede. Pero su espada no parece ser lo más efectivo contra las criaturas incorpóreas que drenan su vitalidad. Finalmente la última sombra es repelida y recorren las antiguas camas de lo que parece un manicomio olvidado. Al entrar a lo que fuese el quirófano escuchan un montón de gritos de dolor y angustia congelados en el tiempo en esa oscura y ensangrentada habitación. En la siguiente sala Galah ve una aparición tras ella en el reflejo de la ventana, ve una monja de túnica blanca que no se encuentra allí al girar. La última sala vacía sólo tiene una ventana sobre la que descansa un cuervo que huye al acercarse Freydis.
Clovin
Cruzan por las pasarelas llegando a la sala del campanario. Allí Clovin se encontraba borracho tocando la viola. Se trataba de otro mongrefolk de dos cabezas aunque sólo una mostraba signos de "inteligencia". Una mesa con algo tapado llama la atención de Galah que se acerca destaparlo y por unos instantes cree que un cuerpo formado por piezas cosidas de distintos muertos llevaba parte del suyo propio. Pasado el susto inicial nota que sólo son piezas separadas de cadáveres. Suficientemente perturbados por todas estas visiones bajan y comienzan una nueva conversación con el Abad.
Comienzan a presionar al religioso y cuando Galah lo llama loco la situación se descontrola. Tras una explosión de luz el Abad muestra su forma real, la de un ángel, y ataca junto a Vasilka que sorpresivamente se mueve de forma veloz y ágil. 
El Abad en su forma real
Tras descargar dos mazazos contra Hess queda claro que se estaban dirigiendo a su muerte a pesar de que Ezmerelda utilice poderosísima magia de rayos. Intentan huir, Ezmerelda incluso se hace invisible. Pero el ángel vuela a toda velocidad tapando la entrada mientras Vasilka tumba la mesa y corre tras los aventureros. Tras lanzarse hechizos de protección Ezmerelda vuelve a aparecer frente al ángel que tapaba la puerta para contenerlo mientras continua con sus hechizos eléctricos. Galah, Sariel y Freydis se trenzan en un encarnizado combate contra Vasilka que se enfrenta a ellos sólo lanzando puñetazos. Hess por su lado invoca los poderes de su dios para convocar su arma espiritual y ayudar a Ezmerelda contra el Abad al tiempo que canaliza sus poderes para curarse primero a él y luego a Ezmerelda que pide a gritos que se apuren. Tras agotar sus recursos y al borde de la muerte Ezmerelda recibe los últimos ataques antes de que el martillo mágico volador de Hess aseste el último golpe que destrozaría al ángel desintegrándolo al tiempo que arde como una hoja al fuego. 

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