Llegando a Gracklstugh
La travesía a través del profundo Darklake llega a su fin. Guiados por Hemeth logran llegar a una orilla a unos pocos kilómetros de Gracklstug. Deciden descartar el barco que los trajo desde Sloobludop para no dejar rastro y continúan a pie a la entrada de la ciudad de los duergar, enanos grises.
En las cercanías de la ciudad se cruzan de frente con un pequeño contingente de enanos grises y Hemeth no tarda en advertir susurrando que se preparen. Un instante después llueven las acusaciones contra él. Al parecer el ex comerciante, o traficante mejor dicho, tenía algún tipo de deuda que ahora debía pagar con sangre.
El primer duergar en avanzar recibe una lluvia de proyectiles. Galahtar se adelanta y forcejea con uno de ellos. Klass utiliza su estoque y ballesta contra un enano hechizado y en cuestión de segundos el camino está despejado otra vez.
A medida que avanzan el suelo se hace más llano como un respiro a los agotadores pasadizos irregulares del underdark. Finalmente el sendero se vuelve un camino propiamente dicho con baldosas. Hacia adelante ven luces azules y blancas y antes de tener tiempo de maravillarse o tomar un respiro una voz los interrumpe pidiendo los nombres y motivos de acercarse a Gracklstug.
La ciudad de Gracklstug |
Tras una tensa charla logran ingresar apelando a los tesoros que traen y la posibilidad de comerciar con lo sustraído a los drow.
Las bienvenidas no terminan allí. Tras pasar las puertas de acceso a la ciudad una puerta secreta se abre al costado de los aventureros sorprendiéndolos. Tras la puerta un duergar se quita el yelmo revelando su oscura piel grisácea. Con mucho descaro el enano gris acusa al grupo de haber mentido y exige rápidamente una suma de dinero u algún objeto de gran valor a cambio de su silencio.
Gorglak, el corrupto |
Valorando los riesgos que tomaron para tener cada pieza de tesoro Klass toma las riendas de la negociación dejando en claro que si pudieron aniquilar sacerdotizas y guerreros drow, además de sobrevivir a todos los peligros de las profundidades un sólo enano gris corrupto les sería pan comido. El miedo se refleja en los ojos de Gorglak mientras asiente y se retira por el pasadizo secreto por el que apareció.
No hay comentarios:
Publicar un comentario